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miércoles, 15 de agosto de 2007

La Aplicación del Focusing en Contextos Grupales.


LA APLICACIÓN DEL FOCUSING EN CONTEXTOS PSICOTERAPÉUTICOS GRUPALES
Por Luis Robles Campos. (*)

Julio 2007


(La segunda parte de este escrito "Talleres grupales de Experienciación", espero terminarla en Septiembre)
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-Introducción.

El Focusing es un proceso de exploración de la experiencia que ha sido señalado como esencial en el cambio psicoterapéutico (Gendlin y Cols., 1968; Gendlin, 1981, 1996). En este proceso se hace contacto y se interactúa con el ‘sentido corporal’ de nuestras complejas interacciones de vida, para conocer cómo se lleva, se siente, o se vivencia, de manera holística, un asunto, problema o situación, a fin de ir obteniendo un entendimiento más amplio y renovado acerca de su significado, y conseguir una experiencia de cambio terapéutico real o de resolución corporal del asunto con el cual se está trabajando.

El Focusing tradicionalmente ha sido presentado y estudiado en el contexto de una interacción entre dos personas, una que se focaliza en su experiencia y otra que guía o acompaña esa focalización (Gendlin, 1968; Gendlin, 1969, 1981b, 1984, 1996; Hendricks, 2001); y más recientemente también se ha expuesto como un procedimiento que puede ser practicado individualmente (Weiser Cornell, 1996; Hoffmann, 2004; Robles, 2006). Sin embargo, no ha sido tan ampliamente comentado en relación a sus características y su aplicabilidad en contextos grupales, a excepción de una docena de trabajos en los que se toca el tema con desiguales niveles de desarrollo y especificidad (Gendlin & Beebe, 1968; Gendlin, 1972; Weddig, 1974; Epperson, 1979; Marino, 1983; Hendricks, 1984; Lewis, 1985; Leijssen, 1992; Lee, 1997; Hinterkopf, 1998; Iberg, 2007).

Por lo anterior, y a través del presente artículo, intentaré contribuir a ampliar el conocimiento acerca de la aplicación del Focusing en contextos psicoterapéuticos grupales, refiriéndome a diversos aspectos de este proceso, tales como: características de las sesiones, el rol del facilitador y de los participantes, diversas consideraciones para llevarlo a cabo, sus dificultades y sus beneficios, etc.; y dando además ejemplos concretos de talleres grupales de experienciación. Todo esto, según mi breve pero reflexiva experiencia con grupos psicoterapéuticos que incluyen el uso del Focusing.


Características Generales de un Grupo de Focusing.
“Un grupo de Focusing es una estructura interpersonal que posibilita una focalización interior y la articulación de la experiencia para cada persona” (Hendricks, 1984). Sus características distan bastante de los tradicionales enfoques terapéuticos grupales que privilegian un tipo de interacción en que se desarrollan procesos de extroversión, cuando se invita a los participantes a hablar abiertamente acerca de sus vidas privadas, a opinar acerca de temas diversos o incluso a confrontar a otros participantes.

Un grupo de Focusing, por contraste, constituye un tipo especial de interacción, no sólo entre el facilitador y los participantes, o para los participantes entre sí, sino que también para la persona en relación con su propia experiencia; ya el proceso que se desarrolla se caracteriza principalmente por la introversión y la privacidad en la exploración experiencial que ocurre en compañía de otros. “El grupo está estructurado para facilitar la atención de las personas hacia sus propios procesos internos a través de la relajación, el silencio y el Focusing” (Hendricks, 1984). Aunque, por otro lado, esta característica en ningún caso implica una imposición o una regla inflexible, por lo tanto, siempre queda abierta la posibilidad de realizar tareas más activas como dinámicas, imaginería, o trabajo corporal, con la recomendación de tener el método experiencial (Gendlin, 1970, 1980, 1981a, 1996) como base de trabajo.


Constitución, Lugar y Duración.

Un grupo de focalización debe estar compuesto (idealmente) entre no menos de 4 y no más de 12 personas, para que sea posible atender, escuchar y responder adecuadamente a las necesidades de cada una de ellas. En el caso de tenerse contemplado la realización de actividades en pareja (dinámicas, sesiones de escucha dual) se recomienda obviamente constituir el grupo con un número par de personas.

Debido a las características de la exploración interior que ocurre con el Focusing, se recomienda realizar la actividad grupal en un espacio físico amplio, cómodo y principalmente silencioso, para evitar todo tipo de distracciones o interrupciones del proceso. Si es posible, se recomienda el uso de una sala alfombrada y con cojines o colchonetas para que los participantes puedan sentarse muy cómodamente o recostarse; pero si no es dable contar con una sala con estas condiciones, por supuesto se puede trabajar sencillamente en una habitación con sillas normales. Si el lugar escogido no es lo suficientemente silencioso, se sugiere usar de fondo música de relajación antiestrés (muy popular en nuestros días) para potenciar el proceso atencional hacia la experiencia, el cual debe ser calmo e ininterrumpido.

En cuanto al tiempo a utilizarse en cada sesión, generalmente basta con una hora y media de trabajo, en la que se destina al menos media hora para la parte en que se desarrolla el Focusing propiamente tal. El resto del tiempo se dispone para las demás actividades que constituyen la sesión, por ejemplo: las exposiciones psico-educativas para explicar y enseñar la técnica de focalización, o para introducir un tema específico, como el trabajo con dolor físico crónico, la transformación de la Crítica Interna, el apoyo con técnicas de respiración, etc.; o bien, para realizar una actividad de esparcimiento al cierre de la reunión, como: simplemente charlar, tomar té, organizar la siguiente cita, etc.; todas ellas igualmente valiosas cuando se trata de un encuentro entre personas.


El entrenamiento en habilidades de “focalización experiencial”.

La implementación de un grupo de Focusing requiere un entrenamiento en habilidades de “focalización experiencial” (Hendricks, 1984; Lee, 1997); o sea, una instrucción en cómo explorar la experiencia de tal manera de conseguir un conocimiento más amplio acerca de ella.

El entrenamiento en habilidades de focalización es esencial para poder concretar la experiencia grupal y puede ser hecho parcialmente al inicio de cada sesión (al menos durante unas cuantas sesiones) a través de un apartado educativo que debe incluir una clara referencia a dos aspectos: 1) la existencia y la importancia del significado implícito corporalmente sentido, y 2) las claves para atender, explorar y explicitar dicho significado.

Para señalar la existencia del significado sentido, es posible usar algún tipo de esquema muy sencillo, presentado en una pizarra o con diapositivas, acerca de cómo la experiencia no sólo está representada por pensamientos o conceptos claros y definidos, sino que también está constituida por aspectos que no están plenamente simbolizados y que sin embargo están presentes de forma sentida, concretamente en un “sentido corporal”, y que tal sentido tiene una amplia influencia en el emocionar, el pensamiento, lo somático y la conducta[1].

Se puede explicar cómo podemos llevar con nosotros algún tipo de sentimiento sin estar totalmente consciente de él, y que es posible llegar a conocer tal sentimiento atendiendo nuestra experiencia corporal. Señalar situaciones cotidianas acerca de esto resulta muy conveniente. Por ejemplo, cuando olvidamos algo al salir de casa, todo “nuestro cuerpo sabe” que hemos dejado algo atrás o que no nos hemos ocupado de algún asunto, y durante algunos momentos podemos no saber de qué se trata específicamente, sin embargo, cuando prestamos atención esa sensación de olvido (que concretamente ocurre en el cuerpo) podemos llegar a conocer qué era aquello que habíamos olvidado. Nuestra experiencia explícita se hace más amplia al simbolizar aspectos que durante algún momento permanecieron implícitos, y por lo tanto, la complejidad subjetiva cambia positivamente de manera global.

Para señalar las claves para atender, explorar y explicitar el significado implícito puede resultar conveniente señalar que “el Focusing es un proceso especial de autoatención” (Robles, 2006), una manera particularmente afectiva de acercamos a nosotros mismos. Leijssen (1998) se refiere a la cualidad afectiva de este especial proceso atencional como una “actitud de Focusing”:

“Lo vago, lo no-formado, lo que aún no está en palabras, sólo puede darse a conocer cuando se le aproxima de una manera específica… (Se) requiere una actitud de espera, de una silenciosa y amistosa presencia hacia lo que todavía no se ha dicho, siendo receptivo hacia lo que aún no se ha formado. Para lograr esto será necesario suspender temporalmente todo lo que la persona ya sabe acerca de eso, y estar cognitivamente inactivo” (Leijssen, 1998).


Resulta de ayuda enlistar algunas sugerencias aún más concretas acerca de cómo desarrollar esta actitud de Focusing, por ejemplo: prestando atención al sentir corporalmente sentido; atendiendo ese sentir ininterrumpidamente, haciéndole compañía sabiendo que se trata de una parte de nosotros mismos, tratando de poner en palabras o imágenes lo que captamos de ese sentir, teniendo una actitud compasiva hacia aquello que surge, etc. Lo anteriormente propuesto se puede presentar justo al inicio de cada sesión y puede ser reforzado con algún pequeño material escrito. También se pueden introducir breves sugerencias que complementen este aspecto del entrenamiento una vez terminada la actividad de focalización en cada sesión, recogiendo las impresiones de cada persona acerca de lo vivido.

De lo anterior se desprende que, la actividad experiencial misma es uno de los componentes esenciales del entrenamiento. Por esto, el facilitador debe consultar acerca de las características de la experiencia que cada persona tuvo durante el Focusing; si fue posible atender ininterrumpidamente la experiencia interna, y si no lo fue, consultar cuales fueron las dificultades; o bien, si la persona fue capaz o no de relacionarse amistosamente con sus sentimientos. Por ejemplo, en un taller una persona me contaba que estuvo en todo momento diciéndole “Te odio, sale de aquí” a eso que sentía dentro de sí (a pesar que mis instrucciones sugerían justamente lo contrario), luego le expliqué que cuando tratamos con rechazo aquello que hay en nuestro interior, generalmente se siente más intensamente desagradable, pero que cuando le damos cariño a esa parte de nosotros mismos, inmediatamente se siente un alivio; invitándola posteriormente a comprobar tal apreciación. Hendricks (1984) también se refiere al valor que tiene conocer las dificultades de los participantes durante el proceso sobre el entrenamiento de las habilidades de focalización experiencial:

“Describir una dificultad con precisión es en sí una forma de focalización. Esto implica, atender la sensación acerca de la dificultad y encontrar palabras que capten exactamente la forma del problema a partir de ella”. (Hendricks, 1984).


A veces, anticipar cuál va a ser el tipo de trabajo que se realizará durante la sesión ayuda a que las personas se conduzcan con menos obstáculos durante la experiencia, y contribuye notablemente a la adquisición de las habilidades de focalización. Por ejemplo: “Hoy vamos a usar la imaginación, tendrán la oportunidad de visualizar sus sentimientos de una forma concreta, así que en algún momento les voy a pedir que dejen que se forme una imagen a partir de lo que sienten en su interior…”; o bien: “En esta sesión haremos una dinámica en que vamos a expresarnos con el cuerpo, como si no existiesen las palabras y sólo pudiéramos comunicarnos con movimientos corporales”.


El Rol del Facilitador.
El facilitador de cualquier grupo terapéutico tiene una gran responsabilidad sobre el tipo de interacción que acontece no sólo entre él y los distintos participantes, sino que también entre los participantes entre sí. Lo anterior es particularmente cierto para el facilitador de un grupo de Focusing, ya que su principal tarea es garantizar privacidad y seguridad a cada participante contra cualquier tipo de intervenciones, demandas o condicionamientos externos que socaven la experiencia auténtica y sentida, como análisis y críticas de otros participantes, o exposiciones innecesarias producidas por él mismo.

Gendlin (1972) señala que el facilitador tiene dos responsabilidades centrales en el proceso de un grupo experiencial: 1) “proteger el derecho de cada miembro a ser escuchado.” y 2) “proteger la pertenencia de cada miembro si ésta es amenazada”. Por su parte, Leijssen (1992), enfatiza en el rol del terapeuta el proteger la privacidad de los integrantes del grupo:

“…Es esencial que el terapeuta deje claro que los clientes que deseen hacerlo, pueden mantener sus experiencias en secreto. La posibilidad de compartir algo con otros, o llevarlo más allá en presencia de otros, sólo se debe considerar después de esta aclaración”. (Leijssen, 1992).


El desarrollo de una actividad de focalización en grupo se estructura de tal manera que cada participante esté centrado, la mayor parte del tiempo, sólo en su propia experiencia; proporcionando al grupo suficiente tiempo y silencio para que esto ocurra. El mismo facilitador permanece en segundo plano como un acompañante del proceso (Leijssen, 1992), sencillamente reflejando la expresión de los participantes con un estilo de respuesta centrado-en-la-persona, sin aventurar otro tipo de interacción (Hendricks, 1984). Por supuesto, este estilo de respuesta debe tener un carácter experiencial; esto significa que los reflejos, las sugerencias, las instrucciones y las preguntas, deben “apuntarse” al significado sentido del participante con el fin de hacerlo más claro o más profundo y, en síntesis, llevarlo más allá (Gendlin, 1968; Lee, 1997).

El facilitador debe configurar los aspectos de la alianza terapéutica experiencial (Watson & Greenberg, 2000), enfatizando cuando sea pertinente los objetivos, las tareas y el vínculo terapéutico, de un modo similar (pero no igual) en que lo haría en un contexto individual de psicoterapia. El comienzo de las primeras sesiones es el momento adecuado para formular, junto a los participantes, los objetivos que se pretenderá alcanzar, y las tareas a través de las cuales se perseguirán esos objetivos. Para cubrir estos aspectos, generalmente yo pregunto a las personas qué desean lograr con los talleres: conocerse más a si mismas, relacionarse mejor con las personas, cambiar algún hábito de conducta, etc., y a su vez, ellas me comentan en sus propias palabras aquello que necesitan. Para cubrir esto que se constituye en los objetivos de trabajo, generalmente les consulto a los participantes qué tipo de actividad les gustaría realizar, y les sugiero unas cuantas, de un modo general. También, en el transcurso mismo de las sesiones, les voy comentando los diferentes talleres que podemos hacer para cumplir los objetivos (o sus expectativas, que pueden ir cambiando a medida que ocurre el proceso). Por lo tanto, siempre manejo de antemano un set de posibles talleres a realizar. Obviamente, lo que llega a constituirse en los objetivos y las tareas de la experiencia grupal es una decisión más bien democrática, se considera la opinión de la mayoría.

En cuanto al vínculo terapéutico, éste se empieza a conformar a partir de las primeras interacciones entre el facilitador y los participantes (a veces derivados de terapia individual) y se desarrolla a lo largo de todo el proceso de sesiones, en la medida que el facilitador pone en práctica un tipo de interacción caracterizada por la Presencia[2], la Aceptación Positiva Incondicional, la Empatía y la Autenticidad.

El ritmo da la intervención es otro aspecto fundamental en un grupo de Focusing, por lo cual el facilitador debe estar siempre atento a la velocidad con que va dando las distintas instrucciones, sugerencias y preguntas, de modo que pueda permitir a cada participante formularse la intervención de un modo experiencial; esto es, atendiendo cómo la proposición funciona o resuena en su propia experiencia. Es necesario destacar que las intervenciones hechas por el facilitador se formulan también experiencialmente. Él debe estar consciente de sus sentimientos acerca de la situación para discriminar el clima general del grupo: si están profundamente conectados, o sencillamente distraídos, si es necesario ser más específicos en las instrucciones, o si se requieren más espacios de silencio. Todo esto es potencialmente conocible (aun cuando los participantes están en silencio y con los ojos cerrados), si se está bien relacionado con el lenguaje corporal y gestual.

“Es de importancia crucial para el terapeuta mirar cuidadosamente y mantenerse en contacto con lo que pasa con cada participante. El ritmo con que el terapeuta da las nuevas instrucciones, así como la naturaleza de las intervenciones depende de lo que pasa en el grupo” (Leijssen, 1992).

También es importante que el facilitador no sea repetitivo en la entrega de las intervenciones y vaya creando un lenguaje rico en analogías y metáforas que favorezcan el proceso de focalización de cada persona. Por ejemplo: “Acércate a eso despacio, como si lo estuvieses acariciando suavemente”, o “Permanece junto a esa sensación, como si se tratara de una persona que necesita compañía”, etc. Para lograr ese manejo, por supuesto, es necesario conocer ampliamente las posibilidades de la técnica y la amplia gama de posibilidades experienciales que pueden tener las personas durante este proceso.

No está de más decir, acerca de las instrucciones, que deben ser sencillas, fácilmente comprensibles para los participantes. También es importante mantener un equilibrio en la cantidad de instrucciones y sugerencias que se dan. Si el facilitador da demasiadas instrucciones puede hacer que los participantes sólo lo atiendan a él en lugar de centrarse en su propia experiencia. Lo contrario también puede ser contraproducente, si se dan muy pocas instrucciones la persona puede sentirse abandonada en el proceso de exploración y desorientada acerca de cómo llevarlo a cabo. Hendricks (1984) señala, sin embargo, que es esperable que los participantes logren cierto grado de autonomía acerca de las intervenciones del facilitador en la medida que se desarrolla el proceso grupal:

“A medida que los miembros aprenden a focalizar, ellos pueden ignorar las instrucciones (del facilitador) y formular las suyas propias o seguir en su propio ritmo. Sin embargo, una mínima estructura de alguien dando instrucciones es importante.” (Hendricks, 1984).

Otro aspecto fundamental en el rol del facilitador de un grupo de Focusing es aquel que se relaciona con la necesidad de crear un ambiente cálido y contenedor y cercano hacia cada individuo del grupo. Robert Lee (1997) se refiere a la cerca cercanía física como uno de las variables claves para crear tal ambientación:

“En el Focusing, la proximidad con el cliente puede ser muy importante para que el terapeuta/guía se de cuenta del proceso interno del cliente y para que éste se sienta contenido. Por esta razón, a veces yo pido cambiar asiento con la persona que está cerca del cliente al que estoy a punto de pedirle ir más profundo...” (Lee, 1997).


Por su parte, Neil Friedman (2000), también consigna la cercanía física como un elemento potenciador de los procesos psicoterapéuticos grupales, más específicamente, al sugerir la integración del Focusing con otras intervenciones centradas-en-el-cuerpo. Por ejemplo, en un contexto grupal donde las personas focalizan silenciosamente, sentarse cerca de algún integrante que tiene dificultades para focalizar, o que tiene sentimientos abrumadores, para hacerle compañía mientras respetuosamente se le toma un brazo, ayuda a crear un ambiente de cercanía y contención. Ese pequeño gesto de contacto físico puede contribuir a que la persona sienta más claramente aquello que está atendiendo. A veces, este mismo tipo de contacto es posible realizarlo cuando el facilitador hace una ronda de preguntas que debe ser contestada por cada participante por separado, en tales ocasiones, acercase y tocar cuidadosamente a las personas, puede contribuir a potenciar el proceso de simbolización de la experiencia que se espera ocurra con el Focusing (sobre todo si las personas están experienciando con los ojos cerrados o vendados).

Finalmente, y quizás más importante aún, es llamar a las personas por sus respectivos nombres cada vez que hacemos preguntas individualmente dirigidas, o cuando reflejamos la expresión de sentimientos que cada una de ellas comparte de manera espontánea. Llamar a las personas por su nombre en un contexto grupal es un tipo de interacción definitivamente valiosa.


El Rol de los Participantes.

La actividad de los participantes de un grupo de Focusing siempre debe responder a un compromiso personal, y en ningún caso constituir una respuesta a una imposición externa, emanada de otra persona (el facilitador u otro miembro del grupo) o institución. Hendricks (1984) enfatiza incluso que cada participante debe tener claro que no tiene ningún tipo de compromiso ni siquiera en cuanto a la asistencia a las sesiones. Por supuesto, lo anterior es perfectamente posible cuando se trata de grupos conformados voluntariamente; pero aún cuando sea el caso de grupos institucionalmente establecidos (como cursos obligatorios de desarrollo personal de una universidad, por ejemplo), la participación en la actividad terapéutica y la posibilidad de compartir el resultado de ésta tiene que ser siempre un asunto libremente decidido; principio que debe estar en conocimiento de cada uno de los participantes.

Los miembros de un grupo de Focusing tienen la posibilidad de hacerse parte de una “experiencia compartida” de un tipo esencialmente privado de exploración emocional, pudiendo elegir o no si desean compartir tal vivencia. En caso que un participante del grupo elija compartir su experiencia abiertamente, se espera que los demás le escuchen en silencio, o bien, realizando intervenciones no invasivas, como preguntas que apunten a los sentimientos expresados por la persona o señalizaciones de comprensión empática. Por supuesto, es el facilitador quien expresará oportunamente sugerencias para que este tipo de interacción entre los participantes tenga lugar. Las intervenciones de carácter valórico o enjuiciativo que un participante pueda hacer con relación a la experiencia de otro deben ser “reguladas” también por el terapeuta, tratando de responder empáticamente a ambos participantes.

Este tipo de intervención aceptante y empática hacia la experiencia de todos los participantes, generalmente contribuye a que éstos interioricen el tipo de interacción más favorable para el proceso grupal y de cada individuo.


Materiales.

En un grupo de Focusing se pueden utilizar diversos materiales para facilitar la exploración de la experiencia. Por ejemplo, se pueden ocupar antifaces para cubrir los ojos mientras se realiza la focalización experiencial, como una forma de evitar las distracciones con los otros participantes, con el facilitador o con cualquier otro estímulo visual que pudiera sacar a la persona fuera de su foco de atención. También se puede ocupar música adecuada al tipo de actividad que se esté realizando (ejercicios de relajación previos, el Focusing propiamente tal, dinámicas que implican un mayor nivel de interacción corporal). Por supuesto, el volumen de la música no debe ser un elemento perturbador, por eso es recomendable poner el equipo o los parlantes a una distancia adecuada de los participantes.

Otros tipos de materiales muy valiosos para las actividades de un grupo de experienciación, son aquellos que facilitan la expresión no verbal de los participantes (Leijssen, 1992, 1998), por ejemplo: papel blanco y lápices de colores, arcilla, plastilina de color si vamos a trabajar con niños o adolescentes, etc.

También es posible entregar material escrito para potenciar el entrenamiento de las habilidades de focalización experiencial. Este material debe ser particularmente breve y sencillo, y contener sugerencias claves para realización del Focusing. Se debe dejar en claro que en ningún caso se trata de una lectura obligatoria y que queda en la decisión de cada uno utilizarlo o no.


Dificultades durante el proceso.

El proceso de un Grupo de Focusing, al igual que el proceso de otros tipos de grupos psicoterapéuticos, no está exento de dificultades en su desarrollo. Por supuesto, se hallan presentes las mismas dinámicas interaccionales propias de la configuración relacional de cualquier grupo: los participantes que hablan demasiado y los que hablan muy poco, o los que emiten juicios acerca de las experiencias de los otros, etc. Sin embargo, en un Grupo de Focusing surgen nuevas dificultades que son propias del tipo de trabajo terapéutico que se realiza, aquel donde se promueve una detenida exploración de los aspectos aún no conceptualizados de la experiencia; una exploración que para muchas personas puede resultar nueva, extraña, difícil o incluso frustrante.

Así, es posible que en un Grupo de Focusing nos encontremos con personas que tienen muchos problemas para identificar y atender una sensación corporal con sentido. Se supone que en el entrenamiento de las habilidades de focalización experiencial se haya explicado bastante bien qué es esto; por ejemplo, haciendo referencia a expresiones populares que dan cuenta de una sensación con significación (“Tengo un nudo en la garganta”, “Siento el pecho hinchado de tanto orgullo”, “Apenas pienso en eso se me retuerce el estómago”, “Siento un vacío aquí adentro (en el pecho)”, “Se me apretó el corazón de tanta tristeza”, etc.). Pero aún habiéndolo explicado bien, muchas personas se sienten desorientadas cuando se les habla de atender un “algo sentido”, entonces, para aquellas personas es mejor simplificarles las cosas y preguntarles cosas como: “¿Hay algún sentimiento acerca de eso que no hayas expresado lo suficiente o que otras personas no hayan comprendido?”, “¿Cómo podrías explicar ese mismo sentimiento usando otras palabras?”, o “Si pudieras colocar ese sentimiento en una imagen, ¿cómo sería?”. A veces, ser insistente acerca de atender una cualidad corporal puede ser más entorpecedor que beneficioso, ya que muchas personas pueden hallar una serie de nuevos detalles experienciales haciéndoles preguntas y dándoles instrucciones sumamente sencillas y directas.

Otra dificultad. Puede que en ciertos momentos las instrucciones no se ajusten de manera alguna a la experiencia que uno o varios participantes tienen; ya que “las distintas personas en un grupo representan muchos tipos diferentes y únicos de experiencias” (Iberg, 2007). Por lo anterior, es necesario dar diversas instrucciones que se acomoden a diversos tipos de procesos experienciales, por ejemplo, sentimientos abrumadores, sentimientos demasiado vagos, sentimientos de vulnerabilidad, la incapacidad de conseguir un “asidero” a partir de la experiencia sentida, etc. Si se trabaja con imágenes, siempre es necesario dar instrucciones para aquellas personas que tal vez no han logrado visualizar nada y sólo permanecen atendiendo su experiencia; o bien entregar instrucciones para distintos tipos de imágenes: con carácter agresivo, vulnerable, confuso, u otro. Por ejemplo, cuando se trabaja con aspectos de la Crítica Interna, las personas tienden a visualizar, a partir de las mismas instrucciones, imágenes tan diversas como: una niña pequeña, un padre maltratador, una confusa masa de sentimientos, un puente cortado, o incluso a ellas mismas; por lo tanto, se debe estar preparado para ofrecer diversas formas de acercamiento a tan diferentes formas de experienciar que cada persona tiene: “Tal vez puedas sentir qué necesitas hacer con eso que has encontrado ¿Alejarlo de ti, acercarte para conocerlo mejor, cobijarlo…?”.

Otras personas, a pesar que atienden ininterrumpidamente su experiencia, no logran hacerlo de un modo afectivo (por lo menos al principio), por lo tanto, tienen grandes dificultades para poner en pensamiento o en palabras todo aquello que sienten, y en consecuencia se pueden sentir muy frustradas por no logran realizar la actividad experiencial con la facilidad que parece tener el resto. En estos casos es bastante conveniente permanecer cerca de esas personas y brindarles mayor compañía durante su proceso. Por ejemplo, si hay una persona con estas dificultades, nos podemos sentar al lado de ella y se le puede tomar un brazo mientras explora sus sentimientos. La cercanía física y el contacto físico, como ya se citó arriba, son factores de ayuda y potenciadores del proceso terapéutico.

Otro tipo de dificultad, menos habitual en todo caso, es cuando algún participante experimenta como desagradable la experiencia de focalización. Hay personas han estado tanto tiempo alejadas de sus sentimientos que cuando los vuelven a atender de la manera en que lo hacemos con Focusing experimentan fuerte tensión muscular y hasta dolores de cabeza. Las escasas veces que he presenciado esto me he permitido acercarme a las personas (con su consentimiento) para aplicar calor con las palmas de mis manos en su cabeza, cuello u hombros; lo cual las ha ayudado a permanecer más cómodamente mientras realizan el Focusing. Esto, por supuesto, lo hago muy discretamente, sin interrumpir la actividad grupal.


Beneficios del proceso grupal.

La participación en un grupo de Focusing presenta variados beneficios. De modo general podemos decir que, en primer lugar, constituye un espacio único en que las personas pueden ponerse en contacto consigo mismas y expresarse de un modo seguro y no impuesto; algo con lo cual no todas las personas cuentan en su cotidianidad. Segundo, enseña a las personas con un bajo nivel de experiencing o que tienen dificultad para focalizarse en su experiencia, a desarrollar nuevas habilidades de conocimiento personal. Tercero, contribuye a potenciar los resultados obtenidos en la psicoterapia individual, si el participante del taller simultáneamente realiza las dos actividades. Cuarto, entrega herramientas sencillas que la persona puede utilizar en su diario vivir para reducir estrés o tomar decisiones (si intenta practicar Focusing a solas). Pero más importante aún, la participación en un grupo de Focusing reinstaura la autoridad de la persona como única experta en su propia experiencia, lo que la diferencia de la participación en otros tipos de grupos donde es el terapeuta o los demás participantes quienes evalúan la experiencia de la persona.

Lee (1997) señala más concretamente que el Focusing como intervención psicoterapéutica tiene un efecto positivo directo sobre la dinámica de grupo:

“En la psicoterapia de grupo en general hay una tensión dinámica entre seguridad y profundidad. Si las cosas van demasiado profundo, el grupo se siente inseguro y puede disolverse. Si el grupo está demasiado seguro, se aburre y se percibe como no valioso… Las intervenciones de Focusing (sin embargo) mantienen un balance entre profundidad y seguridad” (Lee, 1997).


Por otra parte, el Focusing, como proceso psicoterapéutico, produce una serie de cambios en diversos niveles de la experiencia individual. En el ámbito corporal, la más conocida en una reducción de la tensión corporal. También puede producir alivio en diversas manifestaciones de síntomas de enfermedades, y atenuar el dolor físico. Desde un punto de vista cognitivo-emocional, el Focusing facilita la emergencia de nuevas y más adaptativas formas de percibir y significar los problemas, las cuales no son posibles con el simple hecho de “analizar” los problemas o al sencillamente “hacer catarsis” para desahogarse de ellos. El Focusing, desde una óptica subjetiva, ayuda a las personas a vivir más plenamente en el presente, a desarrollar mayores niveles de aceptación hacia si misma y hacia los demás, e incluso, a inaugurar o potenciar la experiencia de su espiritualidad; por nombrar sólo algunos beneficios.


NOTAS AL PIE DE PÁGINA


[1] En el Anexo A de este escrito podrá encontrar el esquema que yo uso habitualmente en un Grupo de Focusing con personas con depresión. Por supuesto las referencias específicas del esquema deben ajustarse según la necesidad de cada grupo.
[2] Presencia: Capacidad de estar presente en el aquí y el ahora con y para el otro (en este caso, los participantes del grupo de Focusing). La Presencia es referida por algunos autores como la base esencial de cualquier proceso psicoterapéutico (Rogers, 1990; Geller & Greenberg, 2002; Schmid, 2002).



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(*) Luis Robles Campos:
Psicólogo, Universidad de Tarapacá, Arica – Chile.
Focusing Trainer acreditado por The Focusing Institute, New York- USA.
luisrobles1977@gmail.com

jueves, 26 de julio de 2007

Experienciando el Dolor.

Experienciando el Dolor.
Por Juan Prado Flores.
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¡Hola a todos! Hoy me ha venido intensamente que qué desgracia tan grande es haber aprendido a pelearnos con nuestras sensaciones físicas, con nuestros sentimientos y con nuestro cuerpo por portarlas, en lugar de hacernos amigos(as) de ellos(as).Seguramente no los tendríamos por nuestros enemigos si descubriéramos el potencial de desarrollo que encierran y que nos quieren comunicar, regalar.Les comparto una experiencia con el dolor físico y sus extensiones en lo emocional-existencial.Entiendo que esto no resulte creíble fuera de un ámbito de practicantes del Enfoque Bio-Espiritual, porque yo mismo que lo estaba viviendo no lo podía creer.Ahora entiendo un poco más eso de que nos falta por ver “cosas aún mayores.” ¡Un abrazo!Juan Prado.


Experienciando el dolor:


7 IX 02: Me despierta en la madrugada un dolor en el vientre. Es tipo retortijón. Espero que -como otras veces que he tenido leves dispepsias nocturnas-, desaparezca. Al ir en aumento me doy cuenta que esto no me había pasado antes en mis más de 50 años de vida.

Me pregunto si será efecto de lo que cené, pero, ¿por qué si otras veces he cenado más?... Ahora el dolor es más continuo e intenso, como calambre. Decido levantarme y me dirijo al baño por si fuera necesario... El dolor aumenta. Luego pienso que lo que me hizo realmente daño fue lo que comí, pero el dolor no responde a mi interrogatorio médico ni a mis intentos semiológicos, pues sigue aumentando su intensidad.

Empiezo a sentir miedo, entonces pienso: ¿A donde va esto? Siguen las preguntas pero, no hay respuestas. Esto me angustia. No sé qué hacer. Estoy sudando frío, con el abdomen contraído y todos mis músculos en tensión.

En eso viene: “¿Por qué no hablas con tu dolor? Eso le dices a todo mundo que haga, ¿no?” Enseguida viene como ‘respuesta’: “Esto no es para hablar con... es para hacer algo, inyectarte un antiespasmódico, hablarle al cirujano, ¡ir al hospital...!”

Como interrumpiendo esto, me encuentro diciéndole pausadamente al dolor desde algún espacio interior: “Tienes a tu disposición todo mi cuerpo para que te expreses en él como tú quieras”.

Diciéndolo viene algo como una convulsión interior, como si yo mismo hubiera decidido mi fin, junto con cierta admiración y emoción de haber podido hacer y decir lo que hice y dije. Entonces vienen unas palabras que integran un mensaje que de alguna manea aclara las cosas interiores que estoy sintiendo: “impotencia... fragilidad... vulnerabilidad...” Cotejo estas expresiones simbólicas con mi sensación dolorosa y el pánico que para entonces estoy sintiendo, y viene la certidumbre de que expresan extraordinariamente bien la totalidad de esa experiencia (a quienes conocen el Enfoque no les tengo que decir que con todo y lo grave que un símbolo así expresa, ¡se siente bien!). Al ‘resonar’ estas palabras con la sensación sentida viene, en cosa de instantes, una imagen; es como un tonel semitransparente que deja ver el nivel del líquido que contiene mientras éste baja lentamente. Al haber descendido el primer tercio me doy cuenta que lo mismo está sucediendo con el dolor, la angustia, el miedo y la incertidumbre y con cuanto ha estado viniendo de una manera sentida. Al vaciarse el tonel me siento de cabeza a pies relajado, asombrado, tranquilo y ¡sin dolor!

Permanezco allí sin poder creer lo que ha pasado. Mañana pensaré que fue una pesadilla. “Pero ha sido algo real” -me digo-, pellizcándome tiernamente el brazo para corroborarlo yo mismo en ese momento. Me quedo experimentando el cambio físico, mientras sigo constatando (mitad incrédulo, mitad admirado, mitad emocionado) que he estado despierto. Luego me pregunto ¿qué estoy haciendo aquí? Me levanto y al poder caminar, ya sin el dolor, ¡tampoco lo puedo creer! Todavía me digo: “por la mañana no me voy a poder despertar temprano de lo fatigado que quedé”, pero algo me dice que he recibido un gran regalo: Una, dos horas de dolor, me ha hecho saberme, reconocerme, frágil, vulnerable. Y el don maravilloso es que ¡la vulnerabilidad ha sido convertida en confianza sentida, en un bienestar difícil de describir! Me meto a la cama experimentando que he estado y que estoy siendo sostenido desde dentro de mí mismo por algo sobre lo que no tengo ningún control. Con esta sensación me quedo apaciblemente dormido experimentando el don de la vida y el estar viviendo, como regalo.

Por la mañana me levanto con un ánimo que no había sentido antes y con la convicción creciente de no haber tenido control alguno sobre nada durante mi experiencia dolorosa. Y a partir de ese momento puedo decir: bendito dolor que me ha revelado algo de quien yo soy y que no habría podido recibir de ninguna otra manera.

Y lo que me permitió recibirlo fue el haberlo enfocado, dejándolo estar allí, sin tratar de huir de él, de controlarlo, de eliminarlo, de sustituirlo por algo mejor o de negarlo, sino abriéndole y ofreciéndole un espacio en mi cuerpo donde pudiera vivir cómodamente. Mi agradecimiento es inmenso hacia quien descubrió esto, hacia quienes me lo enseñaron y hacia ese lugar de libertad interior donde pudo llevarse a cabo el proceso.

Una sola palabra lo dijo entonces lo ha seguido diciendo mejor: ¡Gracias!

Adendum: Pasaron años hasta que un día viniera que de la misma manera que pude decirle a mi dolor tienes a tu disposición todo mi cuerpo…, puedo decírselo a cualquier cosa que en mi cuerpo es real. Que mi cuerpo puede convertirse en invitación para que las cosas del Espíritu se desenvuelvan en él según el beneplácito del propio Espíritu que “sopla donde quiere…” Esto por supuesto se siente desde un sentir que me dice que lo quiero, que lo deseo, que lo necesito, que es algo a lo que estoy llamado a dejar crecer en mí hasta el infinito.

sábado, 30 de junio de 2007

Una Breve Reflexión de Eugene Gendlin

Una Breve Reflexión
de Eugene Gendlin

"Pensamos más de lo que podemos expresar.
Sentimos más de lo que podemos pensar.
Vivimos más de lo que podemos sentir.
Y aún hay mucho más".

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"We think more than we can say.
We feel more than we can think.
We live more than we can feel.
And there is much more still."


viernes, 15 de junio de 2007

Focusing Interactivo y la Terapia de Pareja



FOCUSING INTERACTIVO Y LA TERAPIA DE PAREJA: UN MODELO HUMANISTA-EXPERIENCIAL

Por Felipe Rodriguez

Estudiante de Psicología.


INTRODUCCIÓN

Desde la teoría sistémica se plantea que la pareja es un sistema con mecanismos reguladores propios, con patrones de interacción repetitivos, con comportamientos que dependen uno de otro en forma circular, y que todo sistema tiende hacia la homeóstasis. Para los terapeutas sistémicos, no hay vínculo causal directo entre el pasado y el presente, los comportamientos de las parejas no son sólo amplificaciones de comportamientos del pasado, sino que son parte de un espiral de interacciones en que la conducta de cada uno es causa y consecuencia de las conductas del otro. (Elkaim, 1989 en Jara, 2005). Los comportamientos de una pareja pueden tender hacia la complementariedad, en la que uno de los miembros se sitúa en posición de “superioridad” con respecto al otro; o pueden tender hacia la simetría, en la que ambos miembros pueden tener igual capacidad de asumir responsabilidades y tomar decisiones. (Jara, 2005)

Las conflictivas de pareja se producen a partir del impacto simultáneo de los conflictos intrapsíquicos de cada cónyuge, los patrones de interacción entre los miembros de la pareja, la influencia de su historia con las familias de origen y la influencia del contexto ideológico, social y cultural. (Jara, 2003)

El contexto social y cultural actual, ha complejizado enormemente las relaciones de pareja. Hoy en día, se ha profundizado un cuestionamiento de los roles de género tradicionales y la pareja busca una relación entre iguales, en que cada miembro tiene los mismos derechos y obligaciones. Por otra parte, la pareja contemporánea sufre una sobrecarga de demandas emocionales; hay una disminución de las redes de apoyo familiar y social, donde los miembros de la pareja, influidos por el mito de la pareja romántica, buscan satisfacer todas las necesidades afectivas y sexuales en la relación con su cónyuge. Estas exigencias generan contradicciones y expectativas desmedidas, que deben tenerse en cuenta al enfrentar a las parejas que solicitan ayuda. (Jara, 2003)

Para lidiar con estas exigencias y demandas que actualmente tienen que cargar las parejas, la psicología clínica, desde hace algunas décadas, ha ampliado su campo ocupacional con objeto de abordar las diversas temáticas de la vida en pareja. A partir de ello se desprenden varios modelos.

Es así como la terapia de pareja, desde una perspectiva sistémica, pone el énfasis en la construcción relacional de los problemas, presupone que tal interacción se basa en una definición de sí mismo y del otro que lleva a una determinada acción, que al repetirse, organiza el problema. Por lo tanto, un cambio en esa definición -o sea una re-definición- organizaría una interacción diferente o, en otras palabras, una solución de otro tipo. Por otra parte, un cambio en la interacción o en la pauta interaccional, al organizar seguramente una realidad diferente, también redundará en un nuevo significado de la situación. Esta nueva significación no es más verdadera que la anterior, sino diferente, alternativa y como tal, permite una relación distinta. En este punto convergen todos los modelos sistémicos, lo que cambia es la vía para llegar a lograrlo. (Biscotti, 2006)

Desde la psicoterapia Experiencial, se presenta un modelo de intervención que comparte espacios con algunas intervenciones de la psicoterapia Sistémica. Este examen pretende revisar aquellos ámbitos comunes que muestran una postura capaz de hacer intervenciones que ayuden y generen cambios en los consultantes. Para ello, se expondrá el modelo de Focusing Interactivo, ya que es una técnica de la psicoterapia experiencial, que se utiliza en el tratamiento con parejas.

Pregunta 1: Refiérase al modelo de Focusing Interactivo.
Uno de los tantos modelos terapéuticos que contribuyen para poder abordar las temáticas y/o conflictivas que presentan las parejas actualmente, está dado por la psicoterapia experiencial, a través de su modelo de Focusing Interactivo. Para una mayor comprensión de este modelo, se requiere contextualizarlo dentro del paradigma experiencial y posteriormente, explicitar el concepto de sensación-sentida, al ser uno de sus componentes principales.

La psicoterapia experiencial surge en la década de los 60, a partir de los descubrimientos de Eugene Gendlin, propulsor de una nueva forma de teorizar, donde deja de lado la explicación y solución de los problemas del cliente, centrándose en el “cómo” la persona vive su experiencia, es decir, en el proceso de experienciar. Pone énfasis en la calidad de la relación y la creencia en las capacidades del propio cliente para solucionar sus problemas. Las diferencias terapéuticas con otros modelos, aluden a la capacidad del terapeuta para centrarse más en el proceso que en los contenidos, y propulsar en el cliente el contacto con su propia experiencia; diferenciarla de otros aspectos; atribuirle un significado específico; y expresarla verbalmente. Todas estas acciones, constituyen sus objetivos. (Reyes, 2007)

Sensación-sentida: Es una sensación corporal que posee un significado sentido. Corresponde a una sensación corporal implícita y holística que abarca toda la globalidad de una situación compleja. Contiene un entramado de significados y toda una textura de facetas. Pero a pesar de su complejidad igualmente posee un foco, una demanda específica, una dirección. Puede “sumarse a” o “llevar a” otro paso. Entonces las personas al contactarse con ella, saben y pueden decir “lo que realmente es”, y al decirlo parece que arrastran toda la complejidad. Una sola cosa, una sola afirmación, puede surgir a partir de la globalidad de todo ello, al permitir que se forme.” (Gendlin, 1999)

Es en definitiva una integración de componentes fisiológicos (sensación real localizada en alguna parte del cuerpo); afectivos (tonalidad, sentimientos) y filosóficos (contiene el significado implícito de las acciones, pero sin desplegarse todavía). También es importante considerar que se necesita un breve espacio de tiempo para que se forme y para que se tenga conciencia de que está presente. (Gendlin, 1993)

El modelo de Focusing -que es de donde deriva el concepto de sensación-sentida-, es definido como un proceso de auto-exploración y sanación emocional corporalmente orientado. (Weiser Cornell, 1999). Fue descubierto y sistematizado por Gendlin, en parte, desde su teoría del cambio de la personalidad; y en parte también, desde su investigación del proceso de psicoterapia. Al comparar las terapias exitosas con las no exitosas, pudo evidenciar que los clientes exitosos estaban usando una forma específica de auto-exploración, estaban atendiendo a su experiencia corporal presente, la cual se ha denominado “sensación-sentida”. (Gendlin et al, 1968 en Leijssen, 1998)
Este enfoque se ha desarrollado y complementado a través de etapas evolutivas, estas son: Focusing Intrapersonal; Focusing Transaccional y Focusing Interactivo. (Klein, 1998). En este examen, se expondrá el modelo de Focusing Interactivo propiamente tal, con motivo de presentar el abordaje terapéutico con parejas desde una perspectiva experiencial.

El Focusing Interactivo, es una variante relacional de Focusing, sistematizada en los años 80 por Janet Klein, que enseña a utilizar los procedimientos de Focusing para mejorar y solidificar las relaciones de pareja. (Spindler, s/a). El Focusing Interactivo a diferencia del Focusing Intrapersonal y el Focusing Transaccional, agrega el componente de la interacción, donde los clientes comparten su propio material -sentido corporalmente- con respecto a un asunto particular, dentro de un ambiente seguro. (Klein, 1998)
El objetivo de este modelo, es permitir a los miembros de la pareja contactarse con sus sensaciones-sentidas, y por está vía desarrollar la empatía y compasión; así podrán dialogar y escucharse mutuamente desde sus sensaciones corporales, mientras mantienen una actitud de empatía y compasión, lo que permite reconocer cómo la historia de un consorte afecta interactivamente al otro. Al acceder a ello, pueden crecer a través de la relación, descubrir y expresar sus verdades en un entorno seguro. (Klein, 1998). Esta conexión profunda conlleva a la intimidad de la pareja, porque permite que cada cónyuge sienta en profundidad cómo siente el conflicto el otro, y así van apareciendo las soluciones que destraban dichos conflictos. (Spindler, s/a)
Al ser un proceso experiencial, requiere que cada miembro de la pareja se contacte con su propia sensación sentida, esto permite que algo nuevo se forme y crezca a partir de la experiencia de cada uno. Debido a que la experiencia de cada persona es única, el compartir y comprender las experiencias mutuas empáticamente, los ayuda a mantener el contacto que abre hacia la conexión e intimidad. (Klein, 1998)

El Focusing Interactivo agrega los atributos del “ambiente adecuado” que estaban ausentes en el original ambiente dañino en que se relaciona habitualmente la pareja. El más grande de estos atributos, es el escuchar empática y compasivamente como un oyente preocupado. Aquí, es donde comienza la recuperación del mecanismo experiencial y también donde se inserta un “ambiente psicológicamente sano”. Además, cuando los consortes se contactan entre sí, son capaces de acceder a su parte sanadora interna, llamada sensación-sentida, y con ello, tienen el poder de estar con uno y otro en una vía de interacción que trasciende a lo que cada uno puede hacer por sí solo, lo cual se ha denominado “sensación sinérgica”. (Klein, 1998)

Esta variante de Focusing, requiere que los cónyuges se contacten con un evento “no claro” que es llevado en su sensación-sentida, también requiere que uno de ellos como oyente utilice respuestas de reflejo. Pero más allá de eso, requiere que la experiencia plena se genere en conjunto y dependientemente en una participación imparcial de ambos. Al ser una experiencia mutua, se debe resguardar un clima emocional caracterizado por la empatía y compasión. El Focusing Interactivo fue creado para practicar la empatía y compasión, hasta convertirse en el modo para desarrollar la empatía, la aceptación y la compasión en un ambiente seguro. (Klein, 1998)

Este modelo es considerado por Klein (1998) como una terapia sustitutiva, porque se le enseña a la pareja un nuevo modo de comunicación e interacción, que les permite sanar los conflictos que estaban arraigados en su relación. De este modo, el terapeuta les proporciona herramientas que permiten reemplazar sus patrones de interacción más que intentar modificarlos.

Desde esta perspectiva, el terapeuta en un comienzo actúa como facilitador, ya que genera en conjunto con la pareja las condiciones del ambiente seguro para desplegar la terapia. Posteriormente, adquiere el rol de entrenador, debido a que le enseña a la pareja una habilidad interpersonal. Así, el terapeuta está presente de modo permanente, mientras la pareja aprende una nueva y saludable forma de interactuar; no invade el proceso, pero si se responsabiliza mutuamente con ellos. Además, les entrega a los consortes sugerencias para que se mantengan en el modelo y logren identificar los pasos que puedan sacarlos de éste. Dado lo anterior, el terapeuta obtiene algo valioso, ya que al estar cerca, no sólo contribuye al proceso de la pareja, sino que también participa del proceso, lo que le permite crecer junto con ellos. (Klein, 1998)

El terapeuta puede enseñar Focusing Interactivo a la pareja de forma directa, o darles referencias externas para que puedan aprenderlo. Para ello, les puede dar una variedad de opciones: enseñarles en sesiones individuales o como parejas; modelar este proceso con algún compañero y que los clientes observen; enseñarles en grupos de trabajo con otras parejas, etc. También puede facilitarse la enseñanza practicando previamente ejercicios de discernimiento y de acercamiento. (Klein, 1998)

Por otra parte, Klein (1998) postula que la base de una buena relación está determinada por la empatía y compasión de quienes la componen, entonces es labor del terapeuta entregarle a una pareja distanciada un modo de acercamiento sano, o continuar el proceso de separación de forma sana. Por ende, lo primordial es que el terapeuta sea capaz de respetar la decisión de la pareja, por lo que no requiere inmiscuirse con respecto a si la pareja continuará con su matrimonio o se divorciará, sino que requiere involucrase con la calidad del matrimonio o del divorcio, cómo los consortes continuarán sus vidas en adelante, y cómo otras partes involucradas, especialmente los hijos, continuarán.


Los principios básicos del Focusing Interactivo. (Klein, 1998)

1.- El ser humano, es un organismo con capacidad auto-curativa, ya que posee la capacidad natural, aunque no espontánea para sanar heridas psicológicas.
2.- Para curar heridas psicológicas se requiere de preparación y condiciones externas e internas. Se necesita acceder al lugar interno de curación (sensación-sentida), y además un ambiente seguro que provea conexiones sanas con otros, las que se basan en la empatía y compasión.
3.- Para que la terapia se despliegue, se debe generar y resguardar un ambiente seguro, caracterizado por la empatía y compasión.
4.- El cliente necesita acceder y desarrollar su capacidad auto-curativa. Encontrar y fortalecer su sensación-sentida, es la vía para su curación.
5.- La persona sanada es producto de un escuchar profundo, es el cliente accediendo y desarrollando su propia auto-empatía y auto-compasión.
6.- La terapia debe seguir su corriente natural de sanación, más que un modelo autoritario. Requiere de un patrón no jerárquico que permite que emerja la competencia natural del cliente y un patrón natural de aprendizaje y enseñanza mutua.

Dado lo anterior, es que el método de Focusing Interactivo, se enmarca dentro del paradigma Humanista-Experiencial, puesto que pone énfasis en el potencial del ser humano y su tendencia hacia el desarrollo, es decir, confía y promueve el bienestar psicológico de la pareja, por medio de valores como la sabiduría organísmica, la tendencia actualizante y la libertad experiencial.

A continuación, se expondrán los pasos que constituyen el modelo aplicado a parejas.

El Modelo de Focusing Interactivo (Klein, 1998)
Por mutuo consentimiento, un participante comienza la sesión. El modelo continúa del siguiente modo:
1.- El focalizador cuenta parte de su relato, desde su sensación-sentida.

2.- El oyente, también desde su sensación-sentida, escucha y selecciona respuestas de reflejo para la parte que lleva la experiencia.

3.- El narrador resuena lo reflejado con su corriente de sensaciones, con el objetivo de chequear la exactitud, ver si hubo cambio, o si aparece algo más. Si este reflejo no se ajusta, el focalizador debe entregar retroalimentación al oyente.

4.- El narrador indica que su parte ya está completa e invita al oyente al “momento de mutua empatía”, es decir, antes de que el oyente dé su respuesta empática, ambos irán a su interior por un momento para dejar sentir cómo les llega lo nuevo. El oyente, empáticamente tratará de obtener o conectar la sensación-sentida y la esencia de la experiencia desde el marco de referencia del narrador. El focalizador por su parte, también tomará este momento empática y compasivamente para sentir cómo fue su experiencia. Esto es la respuesta de doble o mutua empatía.
a) El oyente expresa cómo está experienciando el material del focalizador dentro de él. El focalizador le verá a través de sus ojos como si fuera él mismo.

b) El narrador resuena con la respuesta del oyente para estar seguros de que es exacta y luego puede retroalimentarlo.

c) El focalizador compartirá lo que vino cuando tomó su momento empático consigo mismo. El oyente reflejará de vuelta al narrador quien resonará para ver si fue entendido y para ver si viene algo más.

d) El momento empático es compartido por ambos, tomando un momento para detenerse alrededor de este preciado momento.

5.- Cuando se establece este proceso, hay una transición natural donde se intercambian los roles, es decir, el focalizador pasa a ser oyente y viceversa. Así empieza la respuesta interactiva, donde el nuevo narrador, chequea dentro para ver qué de su propio material está tocado por la historia anterior.

6.- La interacción continúa repitiéndose del paso 1 al 5, hasta que ambos sientan que han terminado el proceso o se encuentran en momento de descanso.

7.- Cierre interactivo: Cada participante se detiene un momento para ir dentro de sí mismo, y atender cómo se sienten ahora acerca del otro y acerca de ellos mismos. Esto es un “chequeo de la interacción” tanto con el otro como consigo mismo.

Aportes del Focusing Interactivo a la terapia de pareja:

1.- Describe el proceso actual, a través de una perspectiva interaccional, experiencial, fenomenológica y corporal; lo que permite tener una visión más amplia del problema y con ello amplificar los recursos de la pareja, lo que conlleva a un mayor contacto y fluidez de la comunicación. (Lara, 2007)

2.- El método de trabajo es fenomenológico y procesal, por ende, enfatiza lo intersubjetivo de la relación a través del contacto con la sensación-sentida, promueve y facilita la interacción de los cónyuges y permite mantenerlos en el proceso más que en los contenidos. (Jaison, 2003)

3.- El modo y la actitud de trabajo es experiencial, lo que implica que más que cerrar es abrirse a la experiencia, y de este modo encontrar las verdades y/o problemáticas más ocultas, lo que promueve el diálogo existencial entre los consortes. (Klein, 1998)

4.- Permite desarrollar y practicar la empatía y compasión de los consortes, lo que contribuye a generar un espacio de contacto y relación entre los miembros de la pareja. (Klein, 1998)

5.- Es un método que al ser aprendido por la pareja, les permite practicarlo cuando estimen necesario, sin ayuda ni supervisión del terapeuta. (Klein, 1998)

6.- Permite que cada miembro de la pareja pueda compartir cómo se siente con respecto a sí mismo y al otro, lo que no ocurre necesariamente en otro tipo de terapia. (Klein, 1998)

7.- El terapeuta al estar participando del proceso de la pareja, se enriquece junto con ellos (Klein, 1998), lo cual es digno de destacar si se considera que es una labor que practica a diario.

8.- Por ser un proceso experiencial, permite un mayor insight, ya que no sólo es cognitivo sino que también emocional y corporal. (Reyes, 2007)

Críticas del modelo aplicado a parejas

1.- Al no concebir la patología como tal, pierde de vista la posibilidad de que uno o ambos cónyuges presenten un trastorno.

2.- No considera del todo, las dificultades que tienen los consultantes para contactarse con su sensación-sentida.

3.- En situaciones adversas se hace muy complicado generar un clima emocional apto para trabajar, más aún considerando que en la medida que la terapia avanza, la realizan los mismos consultantes interactivamente.

4.- No considera que dentro de la pareja puede haber un miembro que no esté motivado a generar un cambio, y que asista a terapia prácticamente obligado. Es decir, no distingue quién es el cliente, el paciente y el no cliente.

5.- El diagnóstico que realiza, no contempla la etapa de cambio (Prochaska) en que se encuentra la pareja, por lo cual pierde de vista elementos significativos al momento de intervenir.

6.- Dentro de la terapia no se estipula la operacionalización de metas mínimas, lo que trae como consecuencia, que se pierdan datos reales y concretos de cambio que le permitan a la pareja evidenciar un avance de su relación en el corto plazo. Esto a su vez, podría afectar la motivación y con ello la adherencia al tratamiento por parte de los consortes.

Pregunta 2: Intervenciones desde el modelo de Focusing Interactivo.

De acuerdo a Lara (2007), para poder plasmar este modelo en la práctica, se requiere en primer lugar, cuatro sesiones para el diagnóstico, las cuales se distribuyen de la siguiente manera:

1.- La primera entrevista, se utiliza para la presentación de cada uno de los consortes. Además de los datos personales, aquí también es importante considerar datos tales como: cómo se gestó la idea de consultar, quién lo sugirió, cómo lo tomó el otro integrante, cómo se produjo la referencia, cuánto tiempo tardaron en concretarlo, qué ha cambiado desde entonces, etc. Esta información permite ahorrar tiempo en el conocimiento de una serie de características relacionales que se han dado. (Bernales, 2003). Además, proporcionan antecedentes precoces que dejan entrever expectativas, distinciones y significaciones de cada uno de los miembros de la pareja. A su vez, esto puede evitar complicaciones y malos entendidos posteriores. (Tapia, 2002)

En segundo lugar, se debe acoger la demanda de la pareja, es decir, consignar el problema e intentar objetivarlo lo mejor posible. Esto por su parte, permite comprender la postura de cada de uno de ellos en relación al problema e indagar acerca de la capacidad de insight y el estilo atribucional de cada miembro. El terapeuta debe prestar atención para pesquisar la etapa del ciclo vital que está viviendo la pareja, los recursos y dificultades con que cuenta cada uno, y la influencia de las familias de origen en su relación. (Lara, 2007)

La segunda y tercera sesión, se utilizan para construir y revisar el genograma de cada cónyuge. Esto permite pesquisar datos relevantes de la historia de vida de cada uno e indagar sobre la cultura y normas de cada familia de origen, para luego corroborarlas experiencialmente. (Lara, 2007)

Durante la cuarta sesión, el objetivo es poder integrar la información recopilada y mostrársela a la pareja. El sentido de esto, es poder contextualizar a la pareja desde diversas perspectivas y contribuir para instaurar un clima emocional adecuado. (Klein, 1998)

Una vez finalizada la etapa de diagnóstico, el terapeuta establece el encuadre terapéutico, es decir, las condiciones mínimas necesarias para llevar a cabo la psicoterapia, esto es, un espacio caracterizado por el respeto, empatía y compasión, para que pueda darse una experiencia compartida, en el que ambas partes sean escuchadas por igual. (Klein, 1998). También se requiere el deseo de comunicarse, es decir, voluntad de escuchar abiertamente temas que puedan generar sentimientos de disgusto, desacuerdo o incomodidad, o que puedan conectar con malentendidos. (Jaison, 2003)
Jaison, (2003), postula que el terapeuta además, necesita instruir a la pareja para:
1.- Respetar la necesidad de una pausa si la interacción no está avanzando, está subiendo de tono o una de la partes ya no puede seguir escuchando.

2.- Aprender a ser tolerantes respecto a la habilidad que tenga cada uno para procesar situaciones difíciles: A veces, una de las partes necesita posponer una discusión hasta más tarde. Lo esencial para tener una buena relación es conciencia, respeto y tolerancia hacia la capacidad del otro de progresar.

3.- Permanecer en el contexto a pesar de un ataque externo, es decir, el terapeuta debe enseñar al oyente a proteger su seguridad interna a través de: Reflejar sólo lo que está diciendo el narrador, sin intromisiones; evitar el contenido, explicaciones y justificaciones; evitar contestar preguntas directas, puesto que seguramente vienen cargadas.

4.- Mantener una comunicación auto-reveladora (mensajes-yo), la que consiste en describir sólo lo que sucede, sin emitir juicios de valor. Esto permite reconocer a cada cónyuge cómo se siente y qué necesita del otro. A medida que esta comunicación se va arraigando, la otra persona tenderá a responder de manera adecuada. (Amodeo y Wentworth, 1998)

Por último, hay que enseñar a las parejas a evaluar el proceso y los esfuerzos que están realizando para conseguir interacciones más eficaces y reforzantes. Cuando las parejas se sienten más cómodas y capaces respecto al proceso de escucha, querrán hablar directamente el uno con el otro, lo que constituye un signo para el terapeuta de que están avanzando. (Jaison, 2003)
Posteriormente, el terapeuta utiliza algunas intervenciones tales como:

Diversos tipos de reflejo: Les dan la oportunidad a los clientes para que resuenen internamente desde donde surge la historia, para saber si realmente los reflejos calzan y capturan todo lo que quisieron decir. El reflejo no sólo consiste en repetir las palabras, sino que están en sintonía con la corporalidad de los clientes. El reflejo no debe usarse como técnica, sino como la expresión de una actitud de presencia con y para los clientes. (Weiser Cornel, 1999)

Reflejo de sentimiento: Son comentarios que realiza el terapeuta donde destaca los sentimientos implícitos en la comunicación. (Weiser Cornell, 1999)

Reflejo reiterativo: Se dirige a al discurso explícito de los clientes. Consiste en repetir la frase o el contenido con el fin de reafirmar o corregir el discurso. (Reyes, 2007)

Reflejo de señalamiento: Señalar en tono propositivo lo que el cliente está experimentando. (Reyes, 2007)

Preguntas indagatorias: Se refiere a preguntar sobre los significados implícitos de la relación. ¿Cómo se siente cuando ocurre eso?, ¿qué le ocurre corporalmente?, etc. (Reyes, 2007)

Sondas verbales y kinestésicas: Hace referencia a los aspectos más profundos del funcionamiento de la persona. Es una declaración acerca de cómo el cliente se percibe a sí mismo, pero siempre desde una actitud y un tono propositivo. (Reyes, 2007)

Mini-focusing: Realizar algunos pasos del focusing propuesto por Gendlin, con objeto de poder detenerse con alguna emoción y prestar atención a cómo se lleva en la sensación-sentida, qué significado tiene y qué produce corporalmente. Esto permite abrirse al espacio de focalización. (Lara, 2007)

Cabe destacar, que dentro de este modelo, no se realizan interpretaciones ni confrontaciones. (Klein, 1998)

Pregunta 3: Refiérase a los aspectos comunes que comparte el modelo de Focusing Interactivo con la terapia Sistémica.

1.- Klein (1998), refiere que el ser humano posee la capacidad natural para sanar “heridas psicológicas”, que como consecuencia podría contribuir a la solución de sus conflictos. Dicha premisa es compartida por Hudson y Weiner (1993), al señalar que los clientes poseen naturalmente un potencial de cambio y que dicho cambio depende del propio cliente como experto.

2.- El Focusing Interactivo, al considerar el componente de la interacción, pretende mejorar y solidificar las relaciones interpersonales dentro de un ambiente seguro, caracterizado por la empatía y compasión (Klein, 1998); lo que implica que dichas condiciones no estaban presentes en los momentos conflictivos, es decir, intenta reemplazar el modo habitual de enfrentar estas temáticas. Esto, podría homologarse a lo que Cade y O`Hanlon (1995) señalan con romper el circuito “más de lo mismo” de las soluciones intentadas, como objetivo principal del enfoque interaccional.

3.- El Focusing Interactivo destaca la importancia de la retroalimentación como un elemento que permite al terapeuta conocer a sus clientes y también posibilita la comunión ente los cónyuges. (Klein, 1998). El enfoque estratégico por su parte, presta bastante atención al feedback que proporcionan los clientes, debido que le permite al terapeuta conocer la postura de estos, favoreciendo además la posibilidad de corregir y adaptar sus intervenciones futuras. (Nardone et al, 1992)

4.- Una intervención valiosa es que cada cónyuge, aprenda a darse cuenta de su estilo comunicacional, es decir, si utiliza la comunicación auto-reveladora (mensajes yo) o comunicación intrusa (mensajes tú), para que de este modo, puedan adquirir una nueva forma de diálogo. (Amadeo et al, 1998). En la terapia estratégica, esto adquiere relevancia como una predicción para el cambio, puesto que es considerado como el estilo atribucional de los consortes, lo que permite utilizar una herramienta de intervención. (Hirsch, 2003)

5.- Es labor del terapeuta promover y resguardar un encuadre, donde los miembros de la pareja compartan un ambiente emocional propicio para poder trabajar. Esto es, cada cónyuge posee un turno para hablar, mientras el otro escucha, lo cual debe ser respetado. (Klein, 1998). Esto desde una perspectiva estratégica, es una intervención que rompe el circuito “más de lo mismo”, que a su vez, favorece el cambio. (Cade et al, 1995)

6.- Nardone y Watzlawick (1992), refieren que en la terapia estratégica, las intervenciones adquieren valor porque las estrategias se adaptan a la situación y no la situación a las propias teorías. En la terapia de Focusing Interactivo, el terapeuta debe considerar y respetar el timing de cada cónyuge, con el propósito de adaptarse a las necesidades de sus clientes, es decir, si algún consorte no está preparado aún, debe utilizar otro tipo de estrategias previas para fomentar el contacto y el clima favorable en la pareja, ya que son los clientes los que guían el actuar del terapeuta. (Klein, 1998)

7.- El modelo de Focusing Interactivo, enfatiza que la experiencia de cada cónyuge es única (Klein, 1999), lo que tiene a la base una mirada constructivista de la realidad, perspectiva que es compartida por el modelo estratégico, al considerar que la realidad se construye según el punto de vista de quien la percibe. (Nardone et al, 1992)
8.- El objeto de análisis desde el enfoque interaccional, son los procesos, vale decir, las secuencias repetitivas de conductas en las que el comportamiento problema está inserto. (Cade et al, 1995). Desde una perspectiva experiencial, el terapeuta también se centra en los procesos, o sea, en cómo cada cónyuge está llevando su experiencia presente en relación al otro. (Klein, 1998)

9.- En ambas terapias se persigue un cambio tipo 2, es decir, se intenta modificar el modo de interacción, que está compuesta por: la pauta relacional, atribución de significado, clima emocional y las creencias que poseen los cónyuges acerca de sí mismos, del otro y de la relación. (Tapia, 2002)

10.- La terapia de Focusing Interactivo le permite al terapeuta mayor flexibilidad, por lo que en ocasiones, el terapeuta prescribe tareas a los cónyuges para que las realicen fuera de sesión. (Jaison, 2003) El enfoque estratégico utiliza constantemente prescripciones, las que pueden ser directas o paradojales. Esto permite que los cónyuges se preocupen de su proceso terapéutico en su cotidianidad, lo que promueve más posibilidades de cambio. (Hirsch, 2003)


CONCLUSIÓN

La relación de pareja juega un rol protagónico en la sociedad, puesto que es la base de la familia. Por ello, la terapia de pareja ha sido un tema bastante estudiado en las últimas décadas, puesto que compartir un proyecto de vida en pareja, se hace cada vez más complejo en la sociedad occidental. Son muchas las interrogantes ha explorar y diversas perspectivas desde dónde abordar aquella información. Sin embargo, existen varias similitudes en los enfoques psicoterapéuticos, en cuanto al modo de pesquisar la información y herramientas para poder intervenir.

Como en toda terapia, no sólo interesa el referente teórico y el consecuente bagaje técnico, sino que también la persona del terapeuta y la particular relación que establezca con quienes consultan. (Biscotti, 2006)

La terapia sistémica, ha contribuido con diversos modelos teóricos para ayudar a solucionar los conflictos que presentan las parejas. A raíz de ello, otros paradigmas de la psicología, han aportado nuevas perspectivas para poder complementar la ayuda que se le ofrece actualmente a las parejas que consultan.

El paradigma Humanista-Experiencial, al igual que otros paradigmas, ha evolucionado con el propósito de instaurar un método que contribuya a la salud mental de las personas que viven en relación. Para ello, ha utilizado una gama de principios sistémicos, uno de ellos, y el más importante, es que considera a la pareja como un sistema. (Jaison, 2003). Esto implica, que la conducta de todo individuo, es función de la conducta de otros individuos con los que mantiene relaciones. Por ende, si el comportamiento de alguno de ellos se altera, también cambiará el del primero. (Cade et al, 1995)

Desde una perspectiva clínica, lo más importante es poder brindar un servicio de calidad a las personas que consultan. Por ende, las discusiones con respecto a qué enfoque es más eficiente, no es lo relevante, sino que independiente del modelo teórico al que se adscriba el terapeuta, siempre tendrá como fin último el que los consultantes tengan una mejor calidad de vida, y en el caso particular de las parejas, es que tengan una mejor relación, independientemente de las decisiones que tomen. Con ello quiero decir, que la idea no es rivalizar ni minimizar el actuar de otros terapeutas, sino que contribuir al bienestar psicológico de quienes lo requieran. Es así como el modelo de Focusing Interactivo, no se contrapone a los enfoques terapéuticos ya existentes, sino que intenta colaborar con una nueva mirada, y desde ahí posibilitar una mejor relación en la pareja.



BIBLIOGRAFÍA

1. Amodeo, J y Wentworth (1998). Crecer en Intimidad. Desclée de Brouwer. Bilbao.

2. Bernales, S. (2003). Decálogo de Terapia de Pareja. En De Familias y Terapias: Revista del Instituto Chileno de Terapia Familiar. Año 11, Nº 17, 2003 p. 50

3. Biscotti, O. (2006). ¿Qué es la terapia sistémica?. Instituto Sistémico de Buenos Aires. Disponible en: http://www.isdeba.com/www/Isdeba/articuloqueeslaterapia.htm

4. Cade, B. y O`Hanlon, W. (1995). Guía breve de la Terapia Breve. Ed. Paidos. Barcelona.

5. Gendlin, E.T. (1993). Focusing: Proceso y Técnica del Enfoque Corporal. Ed. Mensajero. Bilbao.

6. Gendlin, E.T. (1999). El Focusing en Psicoterapia. Manual del Método Experiencial. Paidós. Barcelona.

7. Hirsch, H. (2003). Decálogo de un enfoque estratégico-breve (y quizás en cualquier otro). En De Familias y Terapias: Revista del Instituto Chileno de Terapia Familiar. Año 11, Nº 17, Diciembre de 2003 p. 5.

8. Hudson, W. y Weiner, M. (1993). En busca de soluciones: Un nuevo enfoque en psicoterapia. Ed. Paidos. Barcelona.

9. Jaison, B. (2003). La integración de la terapia Experiencial y la terapia Breve: Un manual para terapeutas y orientadores. Descléede Brouwer. Bilbao.

10. Jara, C. (2003). Decálogo de lo mínimo a considerar en la terapia de parejas. En De Familias y Terapias: Revista del Instituto Chileno de Terapia Familiar. Año 11, Nº 17, Diciembre de 2003 p. 45.

11. Jara, C. (2005). Tipos de parejas y Objetivos Terapéuticos. En De Familias y Terapias: Revista del Instituto Chileno de Terapia Familiar. Año 13, Nº 20, Julio de 2005 p. 44.

12. Klein, J. (1998). The Interactive Method: The Path of Healing through Empathy and Compassion; combined Edition, Revised 1999. Center for compassionate emphatic communication.

13. Lara, S. (2007). Comunicación personal, 25 Mayo.

14. Leijssen, M (1998). Focusing Microprocesses. En G, Press (Ed), Experiential Psychotherapy. Traducido por Robles, L.

15. Nardone, G. y Watzlawick, P. (2000). Terapia Breve Estratégica. Ed. Paidos. B. Aires.

16. Reyes, G (2007). Objetivos de la Psicoterapia Experiencial. Ponencia presentada en el Post-Título en Psicoterapia Experiencial. Universidad Central. Santiago, Chile.

17. Spindler, M (S/A). Focusing. Disponible en: http://www.marlenespindler.com/es/focusing/focusing.php

18. Tapia, L. (2002). La primera entrevista en Terapia de Pareja. En De Familias y Terapias: Revista del Instituto Chileno de Terapia Familiar. Año 10, Nº 16, Diciembre 2002, p. 54

19. Weiser Cornell, A. (1999). El Poder del Focusing, Una Guía Práctica de Autocuración. Obelisco. Barcelona.


lunes, 14 de mayo de 2007

Focalizando una Sensación Sentida Periférica.


FOCALIZANDO UNA SENSACIÓN SENTIDA PERIFÉRICA

Por Luis Robles Campos
Mayo 2007


La mayoría de las veces que acompaño a personas en un encuentro terapéutico su significado corporalmente sentido se manifiesta al centro e interior de su cuerpo (pecho, abdomen o garganta), y las veces en que éste se hace presente en sensaciones corporales periféricas (cabeza, hombros, piernas, brazos, etc.) son las menos. Por otro lado, cuando el significado sentido se sitúa en una sensación corporal periférica, generalmente, la atención del focalizador no permanece mucho tiempo sobre ella, porque habitualmente la experiencia vuelve a asentarse en medio del cuerpo.

Sin embargo, muy recientemente tuve la oportunidad de acompañar a una joven adolescente, a quien llamaré Camila, en una sesión de terapia en que su experiencia corporalmente sentida se manifestó casi en todo momento en su cabeza. Era la primera vez que ella visitaba un psicólogo y nunca había sido invitada a prestar atención a sus sentimientos como lo hacemos con Focusing.

A continuación relato con más detalle esta valiosa experiencia, señalando de qué manera focalizamos esa particular “sensación sentida periférica” (Robles, 2007) en su cabeza.

Camila vino a la consulta porque se había sentido notablemente ansiosa y deprimida. Cuando le consulté porqué, me respondió que no lo sabía y empezó a nombrar una serie de situaciones que ella “creía” le podían estar afectando, sin anclarse en ningún tema en particular. Mientras hacía esto, lucía incómoda y sin orientación; así que de inmediato le pregunté cómo se sentía en ese preciso momento, ella me respondió: “Nerviosa”.

Lo siguiente que hice fue invitarla a prestar atención al centro de su cuerpo para que supiéramos dónde se sentía ese nerviosismo, pero me respondió que no sentía nada allí. Le sugerí que lo volviera a intentar detenidamente, porque supuse que no había sabido reconocer una sensación con sentido, allí, al centro de su cuerpo; pero su respuesta nuevamente fue negativa y en cambio me sañaló que sí sentía algo, pero en su cabeza, cerca de la sien.

Mantuve su atención sobre esa particular sensación sentida con una serie de preguntas sencillas: “¿Esa sensación estaba ahí antes o apareció ahora que me estás hablando de todo esto?”, “¿Es una sensación suave o intensa?”, “¿Se siente como algo agradable o desagradable?”. Mi intención era generar una actitud de validación e interés sobre ese aspecto de su experiencia que se había desplegado tan particularmente y potenciar el proceso atencional que es crucial en Focusing.

Después que logró una sintonización adecuada con esa sensación con sentido que tenía en la cabeza, le hice una pregunta que he observado resulta muy útil para trabajar con sensaciones sentidas periféricas (Robles, 2007): “¿Tiene esa sensación alguna clase de movimiento o palpitación?” Ella respondió: “Se mueve para todos lados”.

Una vez que Camila puedo precisar esa cualidad de la sensación sentida, le comenté que le iba a pedir algo que tal vez nos ayudaría a saber porqué estaba tan deprimida y ansiosa este último tiempo. Le pedí que tratara de imaginar que esa sensación era una persona, lo cual logró casi de inmediato. La imagen que ella desarrolló a partir de la inquieta sensación en su cabeza era ella misma con la edad que actualmente tiene.

Enseguida le dije: “…Entonces es una sensación intensa, desagradable y que parece moverse para todo lados... Ahora que ves esa sensación como si fueras tu misma, ¿ves que esa Camila se está moviendo también para todos lados?”, “Sí”, confirmó. Y continué: “Tal vez puedas sentir porqué esa Camila necesita moverse para todos lados”, entonces, ella se quebró y dijo entre lagrimas: “¡Porque no sabe a donde ir!”.

Luego de acompañar y responder empáticamente a esa expresión tan significativa, la invité a chequear nuevamente cómo era la sensación, y ya no era tan intensa como al principio.

Las siguientes focalizaciones que sugerí fueron una serie de pasos para entablar y fortalecer una relación interna, por ejemplo, “¿Puedes hacerle saber que ya oíste eso?”, “¿Puedes ver su rostro para ver qué más siente?”. Cuando el movimiento no era posible, yo respondía de manera tranquila y aceptante: “Ya veo, por ahora no es posible eso, sólo es posible permanecer cerca”. Contrariamente, cuando el movimiento era posible, la invitaba a sentir el aspecto agente de la experiencia, o sea, sentir cómo era brindar aceptación y empatía sobre su propia experiencia (simbolizada a través de la imagen de ella misma): “¿Cómo te sientes al poder acompañarla?”, “¿Cómo se siente poder saber lo que ella en realidad siente?”, etc.

Cuando Camila lograba precisar diversos aspectos de lo que estaba experimentando, la sensación en la cabeza se hacía más distendida y sus ojos mostraban señales de un pequeño relajo. Pero en algún momento, cuando le sugerí si podía consultarle a la “Camila interna” cuál era la situación que le hacía sentir mal, la sensación se volvió a hacer intensa y en su rostro se dibujó una expresión como si estuviera sufriendo un dolor de cabeza. Enseguida, ella señalaba que la imagen que estaba focalizando se alejaba en un espacio oscuro, como apartándose para que no le hicieran tantas preguntas. Puntualmente me decía: “No quiere que la vean, no quiere que vean qué cosas le pasan”.

Tomando en cuenta lo anterior, le dije: “Quizás sea bueno que le hagamos saber que no queremos presionarla y que sólo queremos ayudarla a sentirse mejor”. Entonces en ese momento, y sólo en ese momento, Camila me dijo de manera directa, mirándome a los ojos y con un llanto suave y aliviador: “¡Es que estoy asustada porque mis papás se van a separar!”

Después de eso, hablamos largamente acerca de sus sentimientos sobre esa situación, hasta que llegamos a un punto en el cual ya se sentía más tranquila y con fortalezas para enfrentar un posible cambio en su vida familiar.

Finalmente, al terminar la sesión, Camila me dijo: “Me quedé con una sensación súper buena en la cabeza, ¡livianita!”.

Bibliografía Citada y Sugerida.

Weiser Cornell, A. (1994). “The Radical Acceptance of Everything”. The Focusing Connection. Traducido al español por L. Robles (2006) “La Aceptación Radical de Todo”. Ambas versiones disponibles en http://www.focusingresources.com/
Robles, L. (2007). “Sensaciones Sentidas Periféricas: Ampliando la noción de las sensaciones con sentido”. Disponible en www.focusingexperiencial.blogspot.com

domingo, 1 de abril de 2007

La Interacción Primero (The Interaction First)








La Interacción Primero

Eugene Gendlin



Extracto del capítulo IV-A; "A Process Model", (1998).
“Un concepto diferente del cuerpo, no una máquina”

Traducción: Luis Robles Campos.






“…Tu me afectas, y conmigo no eres simplemente tu, como usualmente eres. Tú y yo ocurriendo juntos nos hace inmediatamente diferentes de lo que usualmente somos. Del mismo modo en que mi pie no puede ejercer la típica presión cerrada estando en el agua. Nosotros ocurrimos diferentemente cuando somos el ambiente de cada otro.

Cómo tu eres cuando me afectas a mi, ya está afectado por mi, y no por mi como usualmente soy, sino por mi mientras ocurro contigo”.

(Gendlin, 1998 p.30).



(*) Luis Robles Campos.
Psicólogo - Universidad de Tarapacá. Arica – Chile.
Focusing Trainer - Acreditado por Focusing Institute, New York.
luisrobles1977@gmail.com

Cuerpo-Ambiente.


CUERPO-AMBIENTE (C-Am)

Eugene Gendlin.

“Body-Enviroment (B-En)”, capítulo I del libro “A Process Model” (1998).

Traducción: Luis Robles Campos. (*)




Cuerpo y ambiente son uno, pero por supuesto sólo en ciertos respectos. Permítanos definirlos cuidadosamente. El cuerpo es una concreción no-representacional de (con) su ambiente. Pero el cuerpo y el ambiente también difieren en algunas de sus características y acciones. Permítame definir cuatro tipos de ambientes (Am).

El Am#1 es el ambiente del espectador, aquello que los espectadores definen en su ambiente y que puede afectar a un organismo. Por ejemplo, es en el Am#1 donde los científicos o los cazadores definen el ambiente de un animal. Ellos definen los factores del ambiente. Lo hacen en sus propios términos. Algunos monos viven en los árboles, otros en la tierra. El espectador define estos factores del ambiente como allí, separadamente del animal. El espectador también puede notar algo (la polución, por ejemplo) que está a punto de afectar el animal aún cuando éste no lo nota todavía. Los cuerpos de los espectadores interactúan con “el ambiente del animal”, su propio ambiente atribuido a otro cuerpo viviente.

El Am#2 es el ambiente reflexivamente idéntico; es idéntico con el proceso viviente del organismo. El cuerpo y el ambiente son un evento, un proceso. Por ejemplo, es el aire-entrando-en-los-pulmones-y-en-las-células-de-la-sangre. Nosotros podemos ver este evento como el aire (entrando), o como (una entrada en) los pulmones y las células del cuerpo. De cualquier modo es un evento, visto como ambiente o como cuerpo. Aquí nosotros no lo estamos llamando "ambiente" porque está alrededor de, sino porque participa dentro del proceso de vida. Y, el "cuerpo" no es sólo los pulmones, sino los pulmones expandiéndose. El aire entrando y los pulmones expandiéndose no pueden ser separados. El punto es que no necesitamos una división entre los pulmones y el aire.

Tomemos otro ejemplo, caminar. La misma presión que es el pie sobre tierra, es también la presión de la tierra sobre el pie. Nosotros podemos separar la tierra del pie, pero no la resistencia de la tierra de la presión del pie. El Am#2 no es el ambiente separado, sino el ambiente participando en un proceso viviente. El Am#2 no es la tierra, sino la tierra-participando-en-el-caminar, su resistencia. La conducta no puede ser separada de esta tierra-participante. Si el cuerpo está colgando en el aire e intenta caminar, su balanceo será mucho más amplio y no avanzará hacia adelante; no caminará. En aguas profundas el “caminar” será inmediatamente “dar patadas”; los movimientos serán diferentes. El cuerpo no puede producir la misma conducta sin la tierra. Y, la tierra no puede ser presión-terrestre (no puede ser este Am#2) sin la conducta. Sin el caminar hay una tierra en el sentido del Am#1, pero no como en el Am#2. El Am#2 es una función del vivir incesante, y sólo existe en ese vivir.

La conocida declaración "el ambiente es una función del organismo" recibe aquí una comprensión más exacta. Nosotros podemos clarificar lo que los etólogos proponen diciendo que no hay una realidad única, sólo la realidad de cada especie. Es en el sentido del Am#2 que cada especie tiene un ambiente diferente. Por supuesto, los miembros de una especie son diferentes, pero así es el resto del ambiente. El ambiente#2 y el cuerpo son funciones de cada otro. Sólo en este sentido “no hay realidad", exceptuando las varias que están implicadas en los varios procesos vivientes.

Entonces, ¡el cuerpo es tanto igual como diferente del ambiente! En lugar de permanecer con tales paradojas nosotros estamos construyendo distinciones y conceptos. Hemos sido capaces de especificar algunos precisos sentidos en los cuales el cuerpo es igual y es diferente del ambiente.

El cuerpo y el Am#2 se implican mutuamente -es básico para esta filosofía que "implicar" sea definido, aunque nosotros no podemos definirlo a partir de aquí solamente. Pero podemos notar que lo que usualmente se llama "cuerpo" y "ambiente" lucen diferentes, incluso cuando nosotros decimos que son parte de un mismo evento (el pie y la tierra; el aire y los pulmones). Ellos no son diferentes. La implicación mutua entre el cuerpo y el ambiente es "no-icónica", es decir, no-representacional. Los músculos y huesos en el pie y la pierna no se parecen a la tierra, pero ellos están muy relacionados. Uno puede inferir la dureza de la tierra desde el pie, la pierna, y sus músculos. En una manera no clara aún "uno puede inferir" significa que el pie implica la dureza de la tierra. Otros tipos de terreno o hábitat implican diferentes partes del cuerpo. Ya que el cuerpo y el ambiente son un evento en el Am#2, cada uno implica al otro. Ellos implican a cada otro, ya que son parte de un proceso de interacción, una organización. O, podríamos decir, cada uno es una parte de una organización más grande que incluye al otro. Cada una de sus funciones ocurre sólo en esta organización funcionante más amplia.

Este uso de "implicar" también dice que el evento completo ya está allí, aún cuando el aspecto corporal o el aspecto del Am#2 se piensan por separado.

El Am#2 siempre está en algún proceso, e idénticamente con el cuerpo-en-algún proceso.

El Am#3 es el ambiente que ha sido provocado por el proceso cuerpo-Am#2. El cuerpo acumula (es) un ambiente resultante. La concha del molusco, la tela de la araña, o el árbol del castor cuando se cae, éstos son su ambiente principal, pero son resultados del proceso cuerpo-del-animal-Am#2. El Am#3 es más amplio que el Am#2.

Nosotros podemos establecer un continuo de mayor y menor separabilidad. El árbol del castor parece bastante separable del castor, el nido de un pájaro también; la tela de una araña es separable de la araña, quien se mantendrá viva y hará otra si nosotros se la destruimos. La concha del molusco no es separable aunque nosotros la pensamos separada. ¿Qué hay acerca de nuestro cabello, no es un producto del cuerpo? Nuestra piel también. ¡Y el cuerpo también!

El cuerpo de cualquier criatura es el resultado de su proceso de vida. El Am#3 incluye el árbol tumbado del castor, pero también el cuerpo de éste. El ambiente que el proceso produce es más amplio, pero incluye el cuerpo.

El Am#3 es otro, una manera diferente en que el cuerpo y ambiente son uno (el cuerpo es el ambiente), pero ya que este ambiente es más amplio que el cuerpo, esta ecuación no es perfecta. Cómo el cuerpo y el Am#3 se implican es más complicado. (Vea IVAh-3)

El torrente sanguíneo a menudo es señalado como el ambiente de las células que alimenta. Los muchos procesos en el cuerpo tienen varias partes de él para su ambiente. La línea de la piel no es la gran división. El Am#3 se expande desde el árbol del castor dentro de su cuerpo hacia las células. El Am#3 es el ambiente que ya ha sido regenerado por el proceso del cuerpo. Es la tela y también el cuerpo de la araña y sus partes y sus sub-partes.

El proceso de vida ocurre en el Am#3; ocurre en el tejido de la araña, así como también en su cuerpo.

El cuerpo es un ambiente en el cual el proceso-corporal se desarrolla.

El cuerpo fue hecho desde un embrión comprometido en un proceso. La estructura del cuerpo no sólo está hecha sino que también es mantenida por procesos continuos. Si ellos se detienen, el cuerpo se desintegra.

Vea las líneas en la cocha de un caracol de mar, un pequeña primera parte ya eran del caracol, era la concha más pequeña del animal; pero más y más anillos se han añadido debido al crecimiento. La concha tiene la naturaleza de una huella de acción, es proceso concretizado. El cuerpo también es así, un registro, una huella de acción.

Cuando aspectos del Am#3 se re-envuelven en el proceso de vida, ellos son por consiguiente también el Am#2 (ambos dentro de y fuera de la piel que envuelve al cuerpo).

El proceso es el cuerpo-Am#2 y ocurre en el cuerpo-Am#3. Pero sólo algunos resultados de la vida se vuelven Am#3, sólo aquéllos en los cuales este ocurre. El Am#1 es lo que el espectador observa alrededor del cuerpo, pero el cuerpo también tiene su propio ambiente el cual ha hecho.

Pero si el Am#3 sólo afecta el cuerpo si éste está de nuevo en el Am#2, ¿la distinción sólo es para un espectador? Por supuesto es sólo un cuerpo, no dos. El Am#3 sólo puede afectar el cuerpo en la medida en que re-entre en el Am#2. Pero entonces importa mucho que este Am#2 no es del todo nuevo; también es ya un producto de este proceso de vida. El proceso ocurre en sus propios productos. Digamos que un árbol diferente está a punto de chocar y pegar al castor--el observador puede ver que está a punto de pasar. Pero el Am#3 no re-entra en el proceso de esa manera arbitraria. El árbol que el castor roe no lo golpeará. Afectará al castor de muchas maneras una vez que esté en la tierra, pero éstas serán notoriamente diferentes de la intrusión de un árbol que no era un Am#3. El cuerpo implica el ambiente que el cuerpo ya "es." La vida ocurre prolongadamente con ambientes que la vida ha producido o ha modificado. El proceso ocurre prolongadamente en sus propios productos.

El "ambiente" principal de cualquier animal son sus compañeros de especie, otros animales como él. Éstos son productos del proceso Am#2 de la especie. En ese sentido ellos son muy obviamente el Am#3 (y, cuando algo es continuado, el Am#2). Lejos, la mayor proporción de actividad del animal es con y hacia ellos. La madre para el infante, la hembra y el varón para cada otro, el grupo para el individuo, estos son ambientes cruciales. Nosotros no debemos tomar el ambiente físico como nuestro modelo básico de ambiente, aunque ese será también a menudo ya el Am#3 (ya organizado por el proceso de vida cuando el proceso de vida actual lo configura como Am#2).

El Am#3 es el cemento en que usted camina, el agujero del topo, la colmena de la abeja, la colina de la hormiga, nuestros cuerpos y los suyos. El proceso de vida (el Am#2) se hace a si mismo un ambiente en el que luego se desarrolla. Nosotros podemos llamarlo el “ambiente hecho en casa", o el “ambiente domesticado”, - el Am#3.

El uso de la palabra "en" todavía no es clara (cuando digo que el proceso ocurre "en" el Am#3), porque no deseamos empezar con cualquier clara noción de espacio. Nosotros tenemos y usamos nuestro espacio, por supuesto, pero déjenos usar nuevos conceptos de espacio para que surjan desde nuestros conceptos interaccionales. (Nosotros “derivaremos” la distinción entre "exterior" e "interior" a VIIB. Muchos tipos bastante diferentes de espacio pueden ser generados desde el proceso (tanto conceptualmente como experiencialmente), como veremos. Así que permítanos admitir estos dos “en” direccionales mientras tanto.

Lo que significa "dentro de" y "en", no es ninguna pregunta simple. El simple "en" de una cubierta de piel asume una posición meramente espacial en la cual una línea o plano divide en un "afuera" y un "adentro". Pero la presión de la tierra es ejercida no solo en la suela del pie sino a todo lo largo de la pierna y el cuerpo. A partir de cualquier hueso de algún animal los paleontólogos pueden conocer no sólo el resto del cuerpo sino también el tipo de ambiente y el terreno en que el animal vivió. En el respirar, el oxígeno entra en el torrente sanguíneo-ambiente y entra a todas las células. El cuerpo está en el ambiente, pero el ambiente también está en el cuerpo, y es el cuerpo. Podemos decir que el Am#3 participa en el Am#2, o podemos decir que el proceso cuerpo-Am#2 ocurre en el Am#3.

El Am#0 es un cuarto tipo. Algo puede algún día afectar al proceso de vida y ser el Am#2, pero no está ahora. Esto nunca ha pasado, y ahora no es el ambiente de alguna criatura, tampoco el ambiente del espectador. En la riqueza aparentemente infinita del nonato algo puede ocurrir que no haya ocurrido aún, y será entonces definible por lo que se refiere al proceso en que participa. Déjennos permitirnos a nosotros mismos hablar de esto ahora. Nosotros no queremos decirlo burdamente. Puesto que este no tiene ninguna realidad como el Am#2, y ya que el Am#3 es el resultado del Am#2, necesitamos un término para el "ambiente" que nunca ha estado funcionando en un proceso de vida.

El Am#0 no es lo que funciona sino lo que no se ha reconocido. Los vastos alcances del universo están envueltos en nuestro proceso; todos ellos ya son parte del Am#2. El Am#0 es aquello con lo cual algunos Am#2 podrían llegar a existir, pero que no tienen. (Nosotros no necesitamos asumir que aquello se volverá ambiente). Si algo nuevo entra en el Am#2, es determinado tanto por el proceso de vida como por el Am#0.

Pero ¿es el Am#0 espacialmente distinto de lo que ya es el ambiente? ¿O puede estar justo aquí en lo que está participando? Obviamente nosotros debemos escoger lo segundo, si lo escogemos del todo, porque la relación espacial permanece aún indefinida.

En estas definiciones, el proceso está primero. Nosotros no asumimos el "cuerpo" y el "ambiente" y luego los ponemos juntos. Después nosotros desarrollaremos términos para hablar de "el cuerpo." Ahora es el cuerpo-Am#2.

Con los últimos términos seremos capaces de decir qué parte del Am#3 es el cuerpo.

La estructura del cuerpo siempre está envuelta en algunos procesos, si no, se desintegra. Es una estructura del proceso, para el proceso subsiguiente, y sólo para eso.

El cuerpo, el Am#2 y el Am#3 se implican mutuamente porque cada uno es parte de una organización que incluye al otro. Cada función ocurre sólo en esta organización funcionante más amplia. Este uso de "implicar" proviene del hecho que el evento entero ya está referido, cuando nosotros sólo pensamos en el cuerpo, o sólo en el ambiente.