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sábado, 30 de junio de 2007

Una Breve Reflexión de Eugene Gendlin

Una Breve Reflexión
de Eugene Gendlin

"Pensamos más de lo que podemos expresar.
Sentimos más de lo que podemos pensar.
Vivimos más de lo que podemos sentir.
Y aún hay mucho más".

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"We think more than we can say.
We feel more than we can think.
We live more than we can feel.
And there is much more still."


viernes, 15 de junio de 2007

Focusing Interactivo y la Terapia de Pareja



FOCUSING INTERACTIVO Y LA TERAPIA DE PAREJA: UN MODELO HUMANISTA-EXPERIENCIAL

Por Felipe Rodriguez

Estudiante de Psicología.


INTRODUCCIÓN

Desde la teoría sistémica se plantea que la pareja es un sistema con mecanismos reguladores propios, con patrones de interacción repetitivos, con comportamientos que dependen uno de otro en forma circular, y que todo sistema tiende hacia la homeóstasis. Para los terapeutas sistémicos, no hay vínculo causal directo entre el pasado y el presente, los comportamientos de las parejas no son sólo amplificaciones de comportamientos del pasado, sino que son parte de un espiral de interacciones en que la conducta de cada uno es causa y consecuencia de las conductas del otro. (Elkaim, 1989 en Jara, 2005). Los comportamientos de una pareja pueden tender hacia la complementariedad, en la que uno de los miembros se sitúa en posición de “superioridad” con respecto al otro; o pueden tender hacia la simetría, en la que ambos miembros pueden tener igual capacidad de asumir responsabilidades y tomar decisiones. (Jara, 2005)

Las conflictivas de pareja se producen a partir del impacto simultáneo de los conflictos intrapsíquicos de cada cónyuge, los patrones de interacción entre los miembros de la pareja, la influencia de su historia con las familias de origen y la influencia del contexto ideológico, social y cultural. (Jara, 2003)

El contexto social y cultural actual, ha complejizado enormemente las relaciones de pareja. Hoy en día, se ha profundizado un cuestionamiento de los roles de género tradicionales y la pareja busca una relación entre iguales, en que cada miembro tiene los mismos derechos y obligaciones. Por otra parte, la pareja contemporánea sufre una sobrecarga de demandas emocionales; hay una disminución de las redes de apoyo familiar y social, donde los miembros de la pareja, influidos por el mito de la pareja romántica, buscan satisfacer todas las necesidades afectivas y sexuales en la relación con su cónyuge. Estas exigencias generan contradicciones y expectativas desmedidas, que deben tenerse en cuenta al enfrentar a las parejas que solicitan ayuda. (Jara, 2003)

Para lidiar con estas exigencias y demandas que actualmente tienen que cargar las parejas, la psicología clínica, desde hace algunas décadas, ha ampliado su campo ocupacional con objeto de abordar las diversas temáticas de la vida en pareja. A partir de ello se desprenden varios modelos.

Es así como la terapia de pareja, desde una perspectiva sistémica, pone el énfasis en la construcción relacional de los problemas, presupone que tal interacción se basa en una definición de sí mismo y del otro que lleva a una determinada acción, que al repetirse, organiza el problema. Por lo tanto, un cambio en esa definición -o sea una re-definición- organizaría una interacción diferente o, en otras palabras, una solución de otro tipo. Por otra parte, un cambio en la interacción o en la pauta interaccional, al organizar seguramente una realidad diferente, también redundará en un nuevo significado de la situación. Esta nueva significación no es más verdadera que la anterior, sino diferente, alternativa y como tal, permite una relación distinta. En este punto convergen todos los modelos sistémicos, lo que cambia es la vía para llegar a lograrlo. (Biscotti, 2006)

Desde la psicoterapia Experiencial, se presenta un modelo de intervención que comparte espacios con algunas intervenciones de la psicoterapia Sistémica. Este examen pretende revisar aquellos ámbitos comunes que muestran una postura capaz de hacer intervenciones que ayuden y generen cambios en los consultantes. Para ello, se expondrá el modelo de Focusing Interactivo, ya que es una técnica de la psicoterapia experiencial, que se utiliza en el tratamiento con parejas.

Pregunta 1: Refiérase al modelo de Focusing Interactivo.
Uno de los tantos modelos terapéuticos que contribuyen para poder abordar las temáticas y/o conflictivas que presentan las parejas actualmente, está dado por la psicoterapia experiencial, a través de su modelo de Focusing Interactivo. Para una mayor comprensión de este modelo, se requiere contextualizarlo dentro del paradigma experiencial y posteriormente, explicitar el concepto de sensación-sentida, al ser uno de sus componentes principales.

La psicoterapia experiencial surge en la década de los 60, a partir de los descubrimientos de Eugene Gendlin, propulsor de una nueva forma de teorizar, donde deja de lado la explicación y solución de los problemas del cliente, centrándose en el “cómo” la persona vive su experiencia, es decir, en el proceso de experienciar. Pone énfasis en la calidad de la relación y la creencia en las capacidades del propio cliente para solucionar sus problemas. Las diferencias terapéuticas con otros modelos, aluden a la capacidad del terapeuta para centrarse más en el proceso que en los contenidos, y propulsar en el cliente el contacto con su propia experiencia; diferenciarla de otros aspectos; atribuirle un significado específico; y expresarla verbalmente. Todas estas acciones, constituyen sus objetivos. (Reyes, 2007)

Sensación-sentida: Es una sensación corporal que posee un significado sentido. Corresponde a una sensación corporal implícita y holística que abarca toda la globalidad de una situación compleja. Contiene un entramado de significados y toda una textura de facetas. Pero a pesar de su complejidad igualmente posee un foco, una demanda específica, una dirección. Puede “sumarse a” o “llevar a” otro paso. Entonces las personas al contactarse con ella, saben y pueden decir “lo que realmente es”, y al decirlo parece que arrastran toda la complejidad. Una sola cosa, una sola afirmación, puede surgir a partir de la globalidad de todo ello, al permitir que se forme.” (Gendlin, 1999)

Es en definitiva una integración de componentes fisiológicos (sensación real localizada en alguna parte del cuerpo); afectivos (tonalidad, sentimientos) y filosóficos (contiene el significado implícito de las acciones, pero sin desplegarse todavía). También es importante considerar que se necesita un breve espacio de tiempo para que se forme y para que se tenga conciencia de que está presente. (Gendlin, 1993)

El modelo de Focusing -que es de donde deriva el concepto de sensación-sentida-, es definido como un proceso de auto-exploración y sanación emocional corporalmente orientado. (Weiser Cornell, 1999). Fue descubierto y sistematizado por Gendlin, en parte, desde su teoría del cambio de la personalidad; y en parte también, desde su investigación del proceso de psicoterapia. Al comparar las terapias exitosas con las no exitosas, pudo evidenciar que los clientes exitosos estaban usando una forma específica de auto-exploración, estaban atendiendo a su experiencia corporal presente, la cual se ha denominado “sensación-sentida”. (Gendlin et al, 1968 en Leijssen, 1998)
Este enfoque se ha desarrollado y complementado a través de etapas evolutivas, estas son: Focusing Intrapersonal; Focusing Transaccional y Focusing Interactivo. (Klein, 1998). En este examen, se expondrá el modelo de Focusing Interactivo propiamente tal, con motivo de presentar el abordaje terapéutico con parejas desde una perspectiva experiencial.

El Focusing Interactivo, es una variante relacional de Focusing, sistematizada en los años 80 por Janet Klein, que enseña a utilizar los procedimientos de Focusing para mejorar y solidificar las relaciones de pareja. (Spindler, s/a). El Focusing Interactivo a diferencia del Focusing Intrapersonal y el Focusing Transaccional, agrega el componente de la interacción, donde los clientes comparten su propio material -sentido corporalmente- con respecto a un asunto particular, dentro de un ambiente seguro. (Klein, 1998)
El objetivo de este modelo, es permitir a los miembros de la pareja contactarse con sus sensaciones-sentidas, y por está vía desarrollar la empatía y compasión; así podrán dialogar y escucharse mutuamente desde sus sensaciones corporales, mientras mantienen una actitud de empatía y compasión, lo que permite reconocer cómo la historia de un consorte afecta interactivamente al otro. Al acceder a ello, pueden crecer a través de la relación, descubrir y expresar sus verdades en un entorno seguro. (Klein, 1998). Esta conexión profunda conlleva a la intimidad de la pareja, porque permite que cada cónyuge sienta en profundidad cómo siente el conflicto el otro, y así van apareciendo las soluciones que destraban dichos conflictos. (Spindler, s/a)
Al ser un proceso experiencial, requiere que cada miembro de la pareja se contacte con su propia sensación sentida, esto permite que algo nuevo se forme y crezca a partir de la experiencia de cada uno. Debido a que la experiencia de cada persona es única, el compartir y comprender las experiencias mutuas empáticamente, los ayuda a mantener el contacto que abre hacia la conexión e intimidad. (Klein, 1998)

El Focusing Interactivo agrega los atributos del “ambiente adecuado” que estaban ausentes en el original ambiente dañino en que se relaciona habitualmente la pareja. El más grande de estos atributos, es el escuchar empática y compasivamente como un oyente preocupado. Aquí, es donde comienza la recuperación del mecanismo experiencial y también donde se inserta un “ambiente psicológicamente sano”. Además, cuando los consortes se contactan entre sí, son capaces de acceder a su parte sanadora interna, llamada sensación-sentida, y con ello, tienen el poder de estar con uno y otro en una vía de interacción que trasciende a lo que cada uno puede hacer por sí solo, lo cual se ha denominado “sensación sinérgica”. (Klein, 1998)

Esta variante de Focusing, requiere que los cónyuges se contacten con un evento “no claro” que es llevado en su sensación-sentida, también requiere que uno de ellos como oyente utilice respuestas de reflejo. Pero más allá de eso, requiere que la experiencia plena se genere en conjunto y dependientemente en una participación imparcial de ambos. Al ser una experiencia mutua, se debe resguardar un clima emocional caracterizado por la empatía y compasión. El Focusing Interactivo fue creado para practicar la empatía y compasión, hasta convertirse en el modo para desarrollar la empatía, la aceptación y la compasión en un ambiente seguro. (Klein, 1998)

Este modelo es considerado por Klein (1998) como una terapia sustitutiva, porque se le enseña a la pareja un nuevo modo de comunicación e interacción, que les permite sanar los conflictos que estaban arraigados en su relación. De este modo, el terapeuta les proporciona herramientas que permiten reemplazar sus patrones de interacción más que intentar modificarlos.

Desde esta perspectiva, el terapeuta en un comienzo actúa como facilitador, ya que genera en conjunto con la pareja las condiciones del ambiente seguro para desplegar la terapia. Posteriormente, adquiere el rol de entrenador, debido a que le enseña a la pareja una habilidad interpersonal. Así, el terapeuta está presente de modo permanente, mientras la pareja aprende una nueva y saludable forma de interactuar; no invade el proceso, pero si se responsabiliza mutuamente con ellos. Además, les entrega a los consortes sugerencias para que se mantengan en el modelo y logren identificar los pasos que puedan sacarlos de éste. Dado lo anterior, el terapeuta obtiene algo valioso, ya que al estar cerca, no sólo contribuye al proceso de la pareja, sino que también participa del proceso, lo que le permite crecer junto con ellos. (Klein, 1998)

El terapeuta puede enseñar Focusing Interactivo a la pareja de forma directa, o darles referencias externas para que puedan aprenderlo. Para ello, les puede dar una variedad de opciones: enseñarles en sesiones individuales o como parejas; modelar este proceso con algún compañero y que los clientes observen; enseñarles en grupos de trabajo con otras parejas, etc. También puede facilitarse la enseñanza practicando previamente ejercicios de discernimiento y de acercamiento. (Klein, 1998)

Por otra parte, Klein (1998) postula que la base de una buena relación está determinada por la empatía y compasión de quienes la componen, entonces es labor del terapeuta entregarle a una pareja distanciada un modo de acercamiento sano, o continuar el proceso de separación de forma sana. Por ende, lo primordial es que el terapeuta sea capaz de respetar la decisión de la pareja, por lo que no requiere inmiscuirse con respecto a si la pareja continuará con su matrimonio o se divorciará, sino que requiere involucrase con la calidad del matrimonio o del divorcio, cómo los consortes continuarán sus vidas en adelante, y cómo otras partes involucradas, especialmente los hijos, continuarán.


Los principios básicos del Focusing Interactivo. (Klein, 1998)

1.- El ser humano, es un organismo con capacidad auto-curativa, ya que posee la capacidad natural, aunque no espontánea para sanar heridas psicológicas.
2.- Para curar heridas psicológicas se requiere de preparación y condiciones externas e internas. Se necesita acceder al lugar interno de curación (sensación-sentida), y además un ambiente seguro que provea conexiones sanas con otros, las que se basan en la empatía y compasión.
3.- Para que la terapia se despliegue, se debe generar y resguardar un ambiente seguro, caracterizado por la empatía y compasión.
4.- El cliente necesita acceder y desarrollar su capacidad auto-curativa. Encontrar y fortalecer su sensación-sentida, es la vía para su curación.
5.- La persona sanada es producto de un escuchar profundo, es el cliente accediendo y desarrollando su propia auto-empatía y auto-compasión.
6.- La terapia debe seguir su corriente natural de sanación, más que un modelo autoritario. Requiere de un patrón no jerárquico que permite que emerja la competencia natural del cliente y un patrón natural de aprendizaje y enseñanza mutua.

Dado lo anterior, es que el método de Focusing Interactivo, se enmarca dentro del paradigma Humanista-Experiencial, puesto que pone énfasis en el potencial del ser humano y su tendencia hacia el desarrollo, es decir, confía y promueve el bienestar psicológico de la pareja, por medio de valores como la sabiduría organísmica, la tendencia actualizante y la libertad experiencial.

A continuación, se expondrán los pasos que constituyen el modelo aplicado a parejas.

El Modelo de Focusing Interactivo (Klein, 1998)
Por mutuo consentimiento, un participante comienza la sesión. El modelo continúa del siguiente modo:
1.- El focalizador cuenta parte de su relato, desde su sensación-sentida.

2.- El oyente, también desde su sensación-sentida, escucha y selecciona respuestas de reflejo para la parte que lleva la experiencia.

3.- El narrador resuena lo reflejado con su corriente de sensaciones, con el objetivo de chequear la exactitud, ver si hubo cambio, o si aparece algo más. Si este reflejo no se ajusta, el focalizador debe entregar retroalimentación al oyente.

4.- El narrador indica que su parte ya está completa e invita al oyente al “momento de mutua empatía”, es decir, antes de que el oyente dé su respuesta empática, ambos irán a su interior por un momento para dejar sentir cómo les llega lo nuevo. El oyente, empáticamente tratará de obtener o conectar la sensación-sentida y la esencia de la experiencia desde el marco de referencia del narrador. El focalizador por su parte, también tomará este momento empática y compasivamente para sentir cómo fue su experiencia. Esto es la respuesta de doble o mutua empatía.
a) El oyente expresa cómo está experienciando el material del focalizador dentro de él. El focalizador le verá a través de sus ojos como si fuera él mismo.

b) El narrador resuena con la respuesta del oyente para estar seguros de que es exacta y luego puede retroalimentarlo.

c) El focalizador compartirá lo que vino cuando tomó su momento empático consigo mismo. El oyente reflejará de vuelta al narrador quien resonará para ver si fue entendido y para ver si viene algo más.

d) El momento empático es compartido por ambos, tomando un momento para detenerse alrededor de este preciado momento.

5.- Cuando se establece este proceso, hay una transición natural donde se intercambian los roles, es decir, el focalizador pasa a ser oyente y viceversa. Así empieza la respuesta interactiva, donde el nuevo narrador, chequea dentro para ver qué de su propio material está tocado por la historia anterior.

6.- La interacción continúa repitiéndose del paso 1 al 5, hasta que ambos sientan que han terminado el proceso o se encuentran en momento de descanso.

7.- Cierre interactivo: Cada participante se detiene un momento para ir dentro de sí mismo, y atender cómo se sienten ahora acerca del otro y acerca de ellos mismos. Esto es un “chequeo de la interacción” tanto con el otro como consigo mismo.

Aportes del Focusing Interactivo a la terapia de pareja:

1.- Describe el proceso actual, a través de una perspectiva interaccional, experiencial, fenomenológica y corporal; lo que permite tener una visión más amplia del problema y con ello amplificar los recursos de la pareja, lo que conlleva a un mayor contacto y fluidez de la comunicación. (Lara, 2007)

2.- El método de trabajo es fenomenológico y procesal, por ende, enfatiza lo intersubjetivo de la relación a través del contacto con la sensación-sentida, promueve y facilita la interacción de los cónyuges y permite mantenerlos en el proceso más que en los contenidos. (Jaison, 2003)

3.- El modo y la actitud de trabajo es experiencial, lo que implica que más que cerrar es abrirse a la experiencia, y de este modo encontrar las verdades y/o problemáticas más ocultas, lo que promueve el diálogo existencial entre los consortes. (Klein, 1998)

4.- Permite desarrollar y practicar la empatía y compasión de los consortes, lo que contribuye a generar un espacio de contacto y relación entre los miembros de la pareja. (Klein, 1998)

5.- Es un método que al ser aprendido por la pareja, les permite practicarlo cuando estimen necesario, sin ayuda ni supervisión del terapeuta. (Klein, 1998)

6.- Permite que cada miembro de la pareja pueda compartir cómo se siente con respecto a sí mismo y al otro, lo que no ocurre necesariamente en otro tipo de terapia. (Klein, 1998)

7.- El terapeuta al estar participando del proceso de la pareja, se enriquece junto con ellos (Klein, 1998), lo cual es digno de destacar si se considera que es una labor que practica a diario.

8.- Por ser un proceso experiencial, permite un mayor insight, ya que no sólo es cognitivo sino que también emocional y corporal. (Reyes, 2007)

Críticas del modelo aplicado a parejas

1.- Al no concebir la patología como tal, pierde de vista la posibilidad de que uno o ambos cónyuges presenten un trastorno.

2.- No considera del todo, las dificultades que tienen los consultantes para contactarse con su sensación-sentida.

3.- En situaciones adversas se hace muy complicado generar un clima emocional apto para trabajar, más aún considerando que en la medida que la terapia avanza, la realizan los mismos consultantes interactivamente.

4.- No considera que dentro de la pareja puede haber un miembro que no esté motivado a generar un cambio, y que asista a terapia prácticamente obligado. Es decir, no distingue quién es el cliente, el paciente y el no cliente.

5.- El diagnóstico que realiza, no contempla la etapa de cambio (Prochaska) en que se encuentra la pareja, por lo cual pierde de vista elementos significativos al momento de intervenir.

6.- Dentro de la terapia no se estipula la operacionalización de metas mínimas, lo que trae como consecuencia, que se pierdan datos reales y concretos de cambio que le permitan a la pareja evidenciar un avance de su relación en el corto plazo. Esto a su vez, podría afectar la motivación y con ello la adherencia al tratamiento por parte de los consortes.

Pregunta 2: Intervenciones desde el modelo de Focusing Interactivo.

De acuerdo a Lara (2007), para poder plasmar este modelo en la práctica, se requiere en primer lugar, cuatro sesiones para el diagnóstico, las cuales se distribuyen de la siguiente manera:

1.- La primera entrevista, se utiliza para la presentación de cada uno de los consortes. Además de los datos personales, aquí también es importante considerar datos tales como: cómo se gestó la idea de consultar, quién lo sugirió, cómo lo tomó el otro integrante, cómo se produjo la referencia, cuánto tiempo tardaron en concretarlo, qué ha cambiado desde entonces, etc. Esta información permite ahorrar tiempo en el conocimiento de una serie de características relacionales que se han dado. (Bernales, 2003). Además, proporcionan antecedentes precoces que dejan entrever expectativas, distinciones y significaciones de cada uno de los miembros de la pareja. A su vez, esto puede evitar complicaciones y malos entendidos posteriores. (Tapia, 2002)

En segundo lugar, se debe acoger la demanda de la pareja, es decir, consignar el problema e intentar objetivarlo lo mejor posible. Esto por su parte, permite comprender la postura de cada de uno de ellos en relación al problema e indagar acerca de la capacidad de insight y el estilo atribucional de cada miembro. El terapeuta debe prestar atención para pesquisar la etapa del ciclo vital que está viviendo la pareja, los recursos y dificultades con que cuenta cada uno, y la influencia de las familias de origen en su relación. (Lara, 2007)

La segunda y tercera sesión, se utilizan para construir y revisar el genograma de cada cónyuge. Esto permite pesquisar datos relevantes de la historia de vida de cada uno e indagar sobre la cultura y normas de cada familia de origen, para luego corroborarlas experiencialmente. (Lara, 2007)

Durante la cuarta sesión, el objetivo es poder integrar la información recopilada y mostrársela a la pareja. El sentido de esto, es poder contextualizar a la pareja desde diversas perspectivas y contribuir para instaurar un clima emocional adecuado. (Klein, 1998)

Una vez finalizada la etapa de diagnóstico, el terapeuta establece el encuadre terapéutico, es decir, las condiciones mínimas necesarias para llevar a cabo la psicoterapia, esto es, un espacio caracterizado por el respeto, empatía y compasión, para que pueda darse una experiencia compartida, en el que ambas partes sean escuchadas por igual. (Klein, 1998). También se requiere el deseo de comunicarse, es decir, voluntad de escuchar abiertamente temas que puedan generar sentimientos de disgusto, desacuerdo o incomodidad, o que puedan conectar con malentendidos. (Jaison, 2003)
Jaison, (2003), postula que el terapeuta además, necesita instruir a la pareja para:
1.- Respetar la necesidad de una pausa si la interacción no está avanzando, está subiendo de tono o una de la partes ya no puede seguir escuchando.

2.- Aprender a ser tolerantes respecto a la habilidad que tenga cada uno para procesar situaciones difíciles: A veces, una de las partes necesita posponer una discusión hasta más tarde. Lo esencial para tener una buena relación es conciencia, respeto y tolerancia hacia la capacidad del otro de progresar.

3.- Permanecer en el contexto a pesar de un ataque externo, es decir, el terapeuta debe enseñar al oyente a proteger su seguridad interna a través de: Reflejar sólo lo que está diciendo el narrador, sin intromisiones; evitar el contenido, explicaciones y justificaciones; evitar contestar preguntas directas, puesto que seguramente vienen cargadas.

4.- Mantener una comunicación auto-reveladora (mensajes-yo), la que consiste en describir sólo lo que sucede, sin emitir juicios de valor. Esto permite reconocer a cada cónyuge cómo se siente y qué necesita del otro. A medida que esta comunicación se va arraigando, la otra persona tenderá a responder de manera adecuada. (Amodeo y Wentworth, 1998)

Por último, hay que enseñar a las parejas a evaluar el proceso y los esfuerzos que están realizando para conseguir interacciones más eficaces y reforzantes. Cuando las parejas se sienten más cómodas y capaces respecto al proceso de escucha, querrán hablar directamente el uno con el otro, lo que constituye un signo para el terapeuta de que están avanzando. (Jaison, 2003)
Posteriormente, el terapeuta utiliza algunas intervenciones tales como:

Diversos tipos de reflejo: Les dan la oportunidad a los clientes para que resuenen internamente desde donde surge la historia, para saber si realmente los reflejos calzan y capturan todo lo que quisieron decir. El reflejo no sólo consiste en repetir las palabras, sino que están en sintonía con la corporalidad de los clientes. El reflejo no debe usarse como técnica, sino como la expresión de una actitud de presencia con y para los clientes. (Weiser Cornel, 1999)

Reflejo de sentimiento: Son comentarios que realiza el terapeuta donde destaca los sentimientos implícitos en la comunicación. (Weiser Cornell, 1999)

Reflejo reiterativo: Se dirige a al discurso explícito de los clientes. Consiste en repetir la frase o el contenido con el fin de reafirmar o corregir el discurso. (Reyes, 2007)

Reflejo de señalamiento: Señalar en tono propositivo lo que el cliente está experimentando. (Reyes, 2007)

Preguntas indagatorias: Se refiere a preguntar sobre los significados implícitos de la relación. ¿Cómo se siente cuando ocurre eso?, ¿qué le ocurre corporalmente?, etc. (Reyes, 2007)

Sondas verbales y kinestésicas: Hace referencia a los aspectos más profundos del funcionamiento de la persona. Es una declaración acerca de cómo el cliente se percibe a sí mismo, pero siempre desde una actitud y un tono propositivo. (Reyes, 2007)

Mini-focusing: Realizar algunos pasos del focusing propuesto por Gendlin, con objeto de poder detenerse con alguna emoción y prestar atención a cómo se lleva en la sensación-sentida, qué significado tiene y qué produce corporalmente. Esto permite abrirse al espacio de focalización. (Lara, 2007)

Cabe destacar, que dentro de este modelo, no se realizan interpretaciones ni confrontaciones. (Klein, 1998)

Pregunta 3: Refiérase a los aspectos comunes que comparte el modelo de Focusing Interactivo con la terapia Sistémica.

1.- Klein (1998), refiere que el ser humano posee la capacidad natural para sanar “heridas psicológicas”, que como consecuencia podría contribuir a la solución de sus conflictos. Dicha premisa es compartida por Hudson y Weiner (1993), al señalar que los clientes poseen naturalmente un potencial de cambio y que dicho cambio depende del propio cliente como experto.

2.- El Focusing Interactivo, al considerar el componente de la interacción, pretende mejorar y solidificar las relaciones interpersonales dentro de un ambiente seguro, caracterizado por la empatía y compasión (Klein, 1998); lo que implica que dichas condiciones no estaban presentes en los momentos conflictivos, es decir, intenta reemplazar el modo habitual de enfrentar estas temáticas. Esto, podría homologarse a lo que Cade y O`Hanlon (1995) señalan con romper el circuito “más de lo mismo” de las soluciones intentadas, como objetivo principal del enfoque interaccional.

3.- El Focusing Interactivo destaca la importancia de la retroalimentación como un elemento que permite al terapeuta conocer a sus clientes y también posibilita la comunión ente los cónyuges. (Klein, 1998). El enfoque estratégico por su parte, presta bastante atención al feedback que proporcionan los clientes, debido que le permite al terapeuta conocer la postura de estos, favoreciendo además la posibilidad de corregir y adaptar sus intervenciones futuras. (Nardone et al, 1992)

4.- Una intervención valiosa es que cada cónyuge, aprenda a darse cuenta de su estilo comunicacional, es decir, si utiliza la comunicación auto-reveladora (mensajes yo) o comunicación intrusa (mensajes tú), para que de este modo, puedan adquirir una nueva forma de diálogo. (Amadeo et al, 1998). En la terapia estratégica, esto adquiere relevancia como una predicción para el cambio, puesto que es considerado como el estilo atribucional de los consortes, lo que permite utilizar una herramienta de intervención. (Hirsch, 2003)

5.- Es labor del terapeuta promover y resguardar un encuadre, donde los miembros de la pareja compartan un ambiente emocional propicio para poder trabajar. Esto es, cada cónyuge posee un turno para hablar, mientras el otro escucha, lo cual debe ser respetado. (Klein, 1998). Esto desde una perspectiva estratégica, es una intervención que rompe el circuito “más de lo mismo”, que a su vez, favorece el cambio. (Cade et al, 1995)

6.- Nardone y Watzlawick (1992), refieren que en la terapia estratégica, las intervenciones adquieren valor porque las estrategias se adaptan a la situación y no la situación a las propias teorías. En la terapia de Focusing Interactivo, el terapeuta debe considerar y respetar el timing de cada cónyuge, con el propósito de adaptarse a las necesidades de sus clientes, es decir, si algún consorte no está preparado aún, debe utilizar otro tipo de estrategias previas para fomentar el contacto y el clima favorable en la pareja, ya que son los clientes los que guían el actuar del terapeuta. (Klein, 1998)

7.- El modelo de Focusing Interactivo, enfatiza que la experiencia de cada cónyuge es única (Klein, 1999), lo que tiene a la base una mirada constructivista de la realidad, perspectiva que es compartida por el modelo estratégico, al considerar que la realidad se construye según el punto de vista de quien la percibe. (Nardone et al, 1992)
8.- El objeto de análisis desde el enfoque interaccional, son los procesos, vale decir, las secuencias repetitivas de conductas en las que el comportamiento problema está inserto. (Cade et al, 1995). Desde una perspectiva experiencial, el terapeuta también se centra en los procesos, o sea, en cómo cada cónyuge está llevando su experiencia presente en relación al otro. (Klein, 1998)

9.- En ambas terapias se persigue un cambio tipo 2, es decir, se intenta modificar el modo de interacción, que está compuesta por: la pauta relacional, atribución de significado, clima emocional y las creencias que poseen los cónyuges acerca de sí mismos, del otro y de la relación. (Tapia, 2002)

10.- La terapia de Focusing Interactivo le permite al terapeuta mayor flexibilidad, por lo que en ocasiones, el terapeuta prescribe tareas a los cónyuges para que las realicen fuera de sesión. (Jaison, 2003) El enfoque estratégico utiliza constantemente prescripciones, las que pueden ser directas o paradojales. Esto permite que los cónyuges se preocupen de su proceso terapéutico en su cotidianidad, lo que promueve más posibilidades de cambio. (Hirsch, 2003)


CONCLUSIÓN

La relación de pareja juega un rol protagónico en la sociedad, puesto que es la base de la familia. Por ello, la terapia de pareja ha sido un tema bastante estudiado en las últimas décadas, puesto que compartir un proyecto de vida en pareja, se hace cada vez más complejo en la sociedad occidental. Son muchas las interrogantes ha explorar y diversas perspectivas desde dónde abordar aquella información. Sin embargo, existen varias similitudes en los enfoques psicoterapéuticos, en cuanto al modo de pesquisar la información y herramientas para poder intervenir.

Como en toda terapia, no sólo interesa el referente teórico y el consecuente bagaje técnico, sino que también la persona del terapeuta y la particular relación que establezca con quienes consultan. (Biscotti, 2006)

La terapia sistémica, ha contribuido con diversos modelos teóricos para ayudar a solucionar los conflictos que presentan las parejas. A raíz de ello, otros paradigmas de la psicología, han aportado nuevas perspectivas para poder complementar la ayuda que se le ofrece actualmente a las parejas que consultan.

El paradigma Humanista-Experiencial, al igual que otros paradigmas, ha evolucionado con el propósito de instaurar un método que contribuya a la salud mental de las personas que viven en relación. Para ello, ha utilizado una gama de principios sistémicos, uno de ellos, y el más importante, es que considera a la pareja como un sistema. (Jaison, 2003). Esto implica, que la conducta de todo individuo, es función de la conducta de otros individuos con los que mantiene relaciones. Por ende, si el comportamiento de alguno de ellos se altera, también cambiará el del primero. (Cade et al, 1995)

Desde una perspectiva clínica, lo más importante es poder brindar un servicio de calidad a las personas que consultan. Por ende, las discusiones con respecto a qué enfoque es más eficiente, no es lo relevante, sino que independiente del modelo teórico al que se adscriba el terapeuta, siempre tendrá como fin último el que los consultantes tengan una mejor calidad de vida, y en el caso particular de las parejas, es que tengan una mejor relación, independientemente de las decisiones que tomen. Con ello quiero decir, que la idea no es rivalizar ni minimizar el actuar de otros terapeutas, sino que contribuir al bienestar psicológico de quienes lo requieran. Es así como el modelo de Focusing Interactivo, no se contrapone a los enfoques terapéuticos ya existentes, sino que intenta colaborar con una nueva mirada, y desde ahí posibilitar una mejor relación en la pareja.



BIBLIOGRAFÍA

1. Amodeo, J y Wentworth (1998). Crecer en Intimidad. Desclée de Brouwer. Bilbao.

2. Bernales, S. (2003). Decálogo de Terapia de Pareja. En De Familias y Terapias: Revista del Instituto Chileno de Terapia Familiar. Año 11, Nº 17, 2003 p. 50

3. Biscotti, O. (2006). ¿Qué es la terapia sistémica?. Instituto Sistémico de Buenos Aires. Disponible en: http://www.isdeba.com/www/Isdeba/articuloqueeslaterapia.htm

4. Cade, B. y O`Hanlon, W. (1995). Guía breve de la Terapia Breve. Ed. Paidos. Barcelona.

5. Gendlin, E.T. (1993). Focusing: Proceso y Técnica del Enfoque Corporal. Ed. Mensajero. Bilbao.

6. Gendlin, E.T. (1999). El Focusing en Psicoterapia. Manual del Método Experiencial. Paidós. Barcelona.

7. Hirsch, H. (2003). Decálogo de un enfoque estratégico-breve (y quizás en cualquier otro). En De Familias y Terapias: Revista del Instituto Chileno de Terapia Familiar. Año 11, Nº 17, Diciembre de 2003 p. 5.

8. Hudson, W. y Weiner, M. (1993). En busca de soluciones: Un nuevo enfoque en psicoterapia. Ed. Paidos. Barcelona.

9. Jaison, B. (2003). La integración de la terapia Experiencial y la terapia Breve: Un manual para terapeutas y orientadores. Descléede Brouwer. Bilbao.

10. Jara, C. (2003). Decálogo de lo mínimo a considerar en la terapia de parejas. En De Familias y Terapias: Revista del Instituto Chileno de Terapia Familiar. Año 11, Nº 17, Diciembre de 2003 p. 45.

11. Jara, C. (2005). Tipos de parejas y Objetivos Terapéuticos. En De Familias y Terapias: Revista del Instituto Chileno de Terapia Familiar. Año 13, Nº 20, Julio de 2005 p. 44.

12. Klein, J. (1998). The Interactive Method: The Path of Healing through Empathy and Compassion; combined Edition, Revised 1999. Center for compassionate emphatic communication.

13. Lara, S. (2007). Comunicación personal, 25 Mayo.

14. Leijssen, M (1998). Focusing Microprocesses. En G, Press (Ed), Experiential Psychotherapy. Traducido por Robles, L.

15. Nardone, G. y Watzlawick, P. (2000). Terapia Breve Estratégica. Ed. Paidos. B. Aires.

16. Reyes, G (2007). Objetivos de la Psicoterapia Experiencial. Ponencia presentada en el Post-Título en Psicoterapia Experiencial. Universidad Central. Santiago, Chile.

17. Spindler, M (S/A). Focusing. Disponible en: http://www.marlenespindler.com/es/focusing/focusing.php

18. Tapia, L. (2002). La primera entrevista en Terapia de Pareja. En De Familias y Terapias: Revista del Instituto Chileno de Terapia Familiar. Año 10, Nº 16, Diciembre 2002, p. 54

19. Weiser Cornell, A. (1999). El Poder del Focusing, Una Guía Práctica de Autocuración. Obelisco. Barcelona.


lunes, 14 de mayo de 2007

Focalizando una Sensación Sentida Periférica.


FOCALIZANDO UNA SENSACIÓN SENTIDA PERIFÉRICA

Por Luis Robles Campos
Mayo 2007


La mayoría de las veces que acompaño a personas en un encuentro terapéutico su significado corporalmente sentido se manifiesta al centro e interior de su cuerpo (pecho, abdomen o garganta), y las veces en que éste se hace presente en sensaciones corporales periféricas (cabeza, hombros, piernas, brazos, etc.) son las menos. Por otro lado, cuando el significado sentido se sitúa en una sensación corporal periférica, generalmente, la atención del focalizador no permanece mucho tiempo sobre ella, porque habitualmente la experiencia vuelve a asentarse en medio del cuerpo.

Sin embargo, muy recientemente tuve la oportunidad de acompañar a una joven adolescente, a quien llamaré Camila, en una sesión de terapia en que su experiencia corporalmente sentida se manifestó casi en todo momento en su cabeza. Era la primera vez que ella visitaba un psicólogo y nunca había sido invitada a prestar atención a sus sentimientos como lo hacemos con Focusing.

A continuación relato con más detalle esta valiosa experiencia, señalando de qué manera focalizamos esa particular “sensación sentida periférica” (Robles, 2007) en su cabeza.

Camila vino a la consulta porque se había sentido notablemente ansiosa y deprimida. Cuando le consulté porqué, me respondió que no lo sabía y empezó a nombrar una serie de situaciones que ella “creía” le podían estar afectando, sin anclarse en ningún tema en particular. Mientras hacía esto, lucía incómoda y sin orientación; así que de inmediato le pregunté cómo se sentía en ese preciso momento, ella me respondió: “Nerviosa”.

Lo siguiente que hice fue invitarla a prestar atención al centro de su cuerpo para que supiéramos dónde se sentía ese nerviosismo, pero me respondió que no sentía nada allí. Le sugerí que lo volviera a intentar detenidamente, porque supuse que no había sabido reconocer una sensación con sentido, allí, al centro de su cuerpo; pero su respuesta nuevamente fue negativa y en cambio me sañaló que sí sentía algo, pero en su cabeza, cerca de la sien.

Mantuve su atención sobre esa particular sensación sentida con una serie de preguntas sencillas: “¿Esa sensación estaba ahí antes o apareció ahora que me estás hablando de todo esto?”, “¿Es una sensación suave o intensa?”, “¿Se siente como algo agradable o desagradable?”. Mi intención era generar una actitud de validación e interés sobre ese aspecto de su experiencia que se había desplegado tan particularmente y potenciar el proceso atencional que es crucial en Focusing.

Después que logró una sintonización adecuada con esa sensación con sentido que tenía en la cabeza, le hice una pregunta que he observado resulta muy útil para trabajar con sensaciones sentidas periféricas (Robles, 2007): “¿Tiene esa sensación alguna clase de movimiento o palpitación?” Ella respondió: “Se mueve para todos lados”.

Una vez que Camila puedo precisar esa cualidad de la sensación sentida, le comenté que le iba a pedir algo que tal vez nos ayudaría a saber porqué estaba tan deprimida y ansiosa este último tiempo. Le pedí que tratara de imaginar que esa sensación era una persona, lo cual logró casi de inmediato. La imagen que ella desarrolló a partir de la inquieta sensación en su cabeza era ella misma con la edad que actualmente tiene.

Enseguida le dije: “…Entonces es una sensación intensa, desagradable y que parece moverse para todo lados... Ahora que ves esa sensación como si fueras tu misma, ¿ves que esa Camila se está moviendo también para todos lados?”, “Sí”, confirmó. Y continué: “Tal vez puedas sentir porqué esa Camila necesita moverse para todos lados”, entonces, ella se quebró y dijo entre lagrimas: “¡Porque no sabe a donde ir!”.

Luego de acompañar y responder empáticamente a esa expresión tan significativa, la invité a chequear nuevamente cómo era la sensación, y ya no era tan intensa como al principio.

Las siguientes focalizaciones que sugerí fueron una serie de pasos para entablar y fortalecer una relación interna, por ejemplo, “¿Puedes hacerle saber que ya oíste eso?”, “¿Puedes ver su rostro para ver qué más siente?”. Cuando el movimiento no era posible, yo respondía de manera tranquila y aceptante: “Ya veo, por ahora no es posible eso, sólo es posible permanecer cerca”. Contrariamente, cuando el movimiento era posible, la invitaba a sentir el aspecto agente de la experiencia, o sea, sentir cómo era brindar aceptación y empatía sobre su propia experiencia (simbolizada a través de la imagen de ella misma): “¿Cómo te sientes al poder acompañarla?”, “¿Cómo se siente poder saber lo que ella en realidad siente?”, etc.

Cuando Camila lograba precisar diversos aspectos de lo que estaba experimentando, la sensación en la cabeza se hacía más distendida y sus ojos mostraban señales de un pequeño relajo. Pero en algún momento, cuando le sugerí si podía consultarle a la “Camila interna” cuál era la situación que le hacía sentir mal, la sensación se volvió a hacer intensa y en su rostro se dibujó una expresión como si estuviera sufriendo un dolor de cabeza. Enseguida, ella señalaba que la imagen que estaba focalizando se alejaba en un espacio oscuro, como apartándose para que no le hicieran tantas preguntas. Puntualmente me decía: “No quiere que la vean, no quiere que vean qué cosas le pasan”.

Tomando en cuenta lo anterior, le dije: “Quizás sea bueno que le hagamos saber que no queremos presionarla y que sólo queremos ayudarla a sentirse mejor”. Entonces en ese momento, y sólo en ese momento, Camila me dijo de manera directa, mirándome a los ojos y con un llanto suave y aliviador: “¡Es que estoy asustada porque mis papás se van a separar!”

Después de eso, hablamos largamente acerca de sus sentimientos sobre esa situación, hasta que llegamos a un punto en el cual ya se sentía más tranquila y con fortalezas para enfrentar un posible cambio en su vida familiar.

Finalmente, al terminar la sesión, Camila me dijo: “Me quedé con una sensación súper buena en la cabeza, ¡livianita!”.

Bibliografía Citada y Sugerida.

Weiser Cornell, A. (1994). “The Radical Acceptance of Everything”. The Focusing Connection. Traducido al español por L. Robles (2006) “La Aceptación Radical de Todo”. Ambas versiones disponibles en http://www.focusingresources.com/
Robles, L. (2007). “Sensaciones Sentidas Periféricas: Ampliando la noción de las sensaciones con sentido”. Disponible en www.focusingexperiencial.blogspot.com

domingo, 1 de abril de 2007

La Interacción Primero (The Interaction First)








La Interacción Primero

Eugene Gendlin



Extracto del capítulo IV-A; "A Process Model", (1998).
“Un concepto diferente del cuerpo, no una máquina”

Traducción: Luis Robles Campos.






“…Tu me afectas, y conmigo no eres simplemente tu, como usualmente eres. Tú y yo ocurriendo juntos nos hace inmediatamente diferentes de lo que usualmente somos. Del mismo modo en que mi pie no puede ejercer la típica presión cerrada estando en el agua. Nosotros ocurrimos diferentemente cuando somos el ambiente de cada otro.

Cómo tu eres cuando me afectas a mi, ya está afectado por mi, y no por mi como usualmente soy, sino por mi mientras ocurro contigo”.

(Gendlin, 1998 p.30).



(*) Luis Robles Campos.
Psicólogo - Universidad de Tarapacá. Arica – Chile.
Focusing Trainer - Acreditado por Focusing Institute, New York.
luisrobles1977@gmail.com

Cuerpo-Ambiente.


CUERPO-AMBIENTE (C-Am)

Eugene Gendlin.

“Body-Enviroment (B-En)”, capítulo I del libro “A Process Model” (1998).

Traducción: Luis Robles Campos. (*)




Cuerpo y ambiente son uno, pero por supuesto sólo en ciertos respectos. Permítanos definirlos cuidadosamente. El cuerpo es una concreción no-representacional de (con) su ambiente. Pero el cuerpo y el ambiente también difieren en algunas de sus características y acciones. Permítame definir cuatro tipos de ambientes (Am).

El Am#1 es el ambiente del espectador, aquello que los espectadores definen en su ambiente y que puede afectar a un organismo. Por ejemplo, es en el Am#1 donde los científicos o los cazadores definen el ambiente de un animal. Ellos definen los factores del ambiente. Lo hacen en sus propios términos. Algunos monos viven en los árboles, otros en la tierra. El espectador define estos factores del ambiente como allí, separadamente del animal. El espectador también puede notar algo (la polución, por ejemplo) que está a punto de afectar el animal aún cuando éste no lo nota todavía. Los cuerpos de los espectadores interactúan con “el ambiente del animal”, su propio ambiente atribuido a otro cuerpo viviente.

El Am#2 es el ambiente reflexivamente idéntico; es idéntico con el proceso viviente del organismo. El cuerpo y el ambiente son un evento, un proceso. Por ejemplo, es el aire-entrando-en-los-pulmones-y-en-las-células-de-la-sangre. Nosotros podemos ver este evento como el aire (entrando), o como (una entrada en) los pulmones y las células del cuerpo. De cualquier modo es un evento, visto como ambiente o como cuerpo. Aquí nosotros no lo estamos llamando "ambiente" porque está alrededor de, sino porque participa dentro del proceso de vida. Y, el "cuerpo" no es sólo los pulmones, sino los pulmones expandiéndose. El aire entrando y los pulmones expandiéndose no pueden ser separados. El punto es que no necesitamos una división entre los pulmones y el aire.

Tomemos otro ejemplo, caminar. La misma presión que es el pie sobre tierra, es también la presión de la tierra sobre el pie. Nosotros podemos separar la tierra del pie, pero no la resistencia de la tierra de la presión del pie. El Am#2 no es el ambiente separado, sino el ambiente participando en un proceso viviente. El Am#2 no es la tierra, sino la tierra-participando-en-el-caminar, su resistencia. La conducta no puede ser separada de esta tierra-participante. Si el cuerpo está colgando en el aire e intenta caminar, su balanceo será mucho más amplio y no avanzará hacia adelante; no caminará. En aguas profundas el “caminar” será inmediatamente “dar patadas”; los movimientos serán diferentes. El cuerpo no puede producir la misma conducta sin la tierra. Y, la tierra no puede ser presión-terrestre (no puede ser este Am#2) sin la conducta. Sin el caminar hay una tierra en el sentido del Am#1, pero no como en el Am#2. El Am#2 es una función del vivir incesante, y sólo existe en ese vivir.

La conocida declaración "el ambiente es una función del organismo" recibe aquí una comprensión más exacta. Nosotros podemos clarificar lo que los etólogos proponen diciendo que no hay una realidad única, sólo la realidad de cada especie. Es en el sentido del Am#2 que cada especie tiene un ambiente diferente. Por supuesto, los miembros de una especie son diferentes, pero así es el resto del ambiente. El ambiente#2 y el cuerpo son funciones de cada otro. Sólo en este sentido “no hay realidad", exceptuando las varias que están implicadas en los varios procesos vivientes.

Entonces, ¡el cuerpo es tanto igual como diferente del ambiente! En lugar de permanecer con tales paradojas nosotros estamos construyendo distinciones y conceptos. Hemos sido capaces de especificar algunos precisos sentidos en los cuales el cuerpo es igual y es diferente del ambiente.

El cuerpo y el Am#2 se implican mutuamente -es básico para esta filosofía que "implicar" sea definido, aunque nosotros no podemos definirlo a partir de aquí solamente. Pero podemos notar que lo que usualmente se llama "cuerpo" y "ambiente" lucen diferentes, incluso cuando nosotros decimos que son parte de un mismo evento (el pie y la tierra; el aire y los pulmones). Ellos no son diferentes. La implicación mutua entre el cuerpo y el ambiente es "no-icónica", es decir, no-representacional. Los músculos y huesos en el pie y la pierna no se parecen a la tierra, pero ellos están muy relacionados. Uno puede inferir la dureza de la tierra desde el pie, la pierna, y sus músculos. En una manera no clara aún "uno puede inferir" significa que el pie implica la dureza de la tierra. Otros tipos de terreno o hábitat implican diferentes partes del cuerpo. Ya que el cuerpo y el ambiente son un evento en el Am#2, cada uno implica al otro. Ellos implican a cada otro, ya que son parte de un proceso de interacción, una organización. O, podríamos decir, cada uno es una parte de una organización más grande que incluye al otro. Cada una de sus funciones ocurre sólo en esta organización funcionante más amplia.

Este uso de "implicar" también dice que el evento completo ya está allí, aún cuando el aspecto corporal o el aspecto del Am#2 se piensan por separado.

El Am#2 siempre está en algún proceso, e idénticamente con el cuerpo-en-algún proceso.

El Am#3 es el ambiente que ha sido provocado por el proceso cuerpo-Am#2. El cuerpo acumula (es) un ambiente resultante. La concha del molusco, la tela de la araña, o el árbol del castor cuando se cae, éstos son su ambiente principal, pero son resultados del proceso cuerpo-del-animal-Am#2. El Am#3 es más amplio que el Am#2.

Nosotros podemos establecer un continuo de mayor y menor separabilidad. El árbol del castor parece bastante separable del castor, el nido de un pájaro también; la tela de una araña es separable de la araña, quien se mantendrá viva y hará otra si nosotros se la destruimos. La concha del molusco no es separable aunque nosotros la pensamos separada. ¿Qué hay acerca de nuestro cabello, no es un producto del cuerpo? Nuestra piel también. ¡Y el cuerpo también!

El cuerpo de cualquier criatura es el resultado de su proceso de vida. El Am#3 incluye el árbol tumbado del castor, pero también el cuerpo de éste. El ambiente que el proceso produce es más amplio, pero incluye el cuerpo.

El Am#3 es otro, una manera diferente en que el cuerpo y ambiente son uno (el cuerpo es el ambiente), pero ya que este ambiente es más amplio que el cuerpo, esta ecuación no es perfecta. Cómo el cuerpo y el Am#3 se implican es más complicado. (Vea IVAh-3)

El torrente sanguíneo a menudo es señalado como el ambiente de las células que alimenta. Los muchos procesos en el cuerpo tienen varias partes de él para su ambiente. La línea de la piel no es la gran división. El Am#3 se expande desde el árbol del castor dentro de su cuerpo hacia las células. El Am#3 es el ambiente que ya ha sido regenerado por el proceso del cuerpo. Es la tela y también el cuerpo de la araña y sus partes y sus sub-partes.

El proceso de vida ocurre en el Am#3; ocurre en el tejido de la araña, así como también en su cuerpo.

El cuerpo es un ambiente en el cual el proceso-corporal se desarrolla.

El cuerpo fue hecho desde un embrión comprometido en un proceso. La estructura del cuerpo no sólo está hecha sino que también es mantenida por procesos continuos. Si ellos se detienen, el cuerpo se desintegra.

Vea las líneas en la cocha de un caracol de mar, un pequeña primera parte ya eran del caracol, era la concha más pequeña del animal; pero más y más anillos se han añadido debido al crecimiento. La concha tiene la naturaleza de una huella de acción, es proceso concretizado. El cuerpo también es así, un registro, una huella de acción.

Cuando aspectos del Am#3 se re-envuelven en el proceso de vida, ellos son por consiguiente también el Am#2 (ambos dentro de y fuera de la piel que envuelve al cuerpo).

El proceso es el cuerpo-Am#2 y ocurre en el cuerpo-Am#3. Pero sólo algunos resultados de la vida se vuelven Am#3, sólo aquéllos en los cuales este ocurre. El Am#1 es lo que el espectador observa alrededor del cuerpo, pero el cuerpo también tiene su propio ambiente el cual ha hecho.

Pero si el Am#3 sólo afecta el cuerpo si éste está de nuevo en el Am#2, ¿la distinción sólo es para un espectador? Por supuesto es sólo un cuerpo, no dos. El Am#3 sólo puede afectar el cuerpo en la medida en que re-entre en el Am#2. Pero entonces importa mucho que este Am#2 no es del todo nuevo; también es ya un producto de este proceso de vida. El proceso ocurre en sus propios productos. Digamos que un árbol diferente está a punto de chocar y pegar al castor--el observador puede ver que está a punto de pasar. Pero el Am#3 no re-entra en el proceso de esa manera arbitraria. El árbol que el castor roe no lo golpeará. Afectará al castor de muchas maneras una vez que esté en la tierra, pero éstas serán notoriamente diferentes de la intrusión de un árbol que no era un Am#3. El cuerpo implica el ambiente que el cuerpo ya "es." La vida ocurre prolongadamente con ambientes que la vida ha producido o ha modificado. El proceso ocurre prolongadamente en sus propios productos.

El "ambiente" principal de cualquier animal son sus compañeros de especie, otros animales como él. Éstos son productos del proceso Am#2 de la especie. En ese sentido ellos son muy obviamente el Am#3 (y, cuando algo es continuado, el Am#2). Lejos, la mayor proporción de actividad del animal es con y hacia ellos. La madre para el infante, la hembra y el varón para cada otro, el grupo para el individuo, estos son ambientes cruciales. Nosotros no debemos tomar el ambiente físico como nuestro modelo básico de ambiente, aunque ese será también a menudo ya el Am#3 (ya organizado por el proceso de vida cuando el proceso de vida actual lo configura como Am#2).

El Am#3 es el cemento en que usted camina, el agujero del topo, la colmena de la abeja, la colina de la hormiga, nuestros cuerpos y los suyos. El proceso de vida (el Am#2) se hace a si mismo un ambiente en el que luego se desarrolla. Nosotros podemos llamarlo el “ambiente hecho en casa", o el “ambiente domesticado”, - el Am#3.

El uso de la palabra "en" todavía no es clara (cuando digo que el proceso ocurre "en" el Am#3), porque no deseamos empezar con cualquier clara noción de espacio. Nosotros tenemos y usamos nuestro espacio, por supuesto, pero déjenos usar nuevos conceptos de espacio para que surjan desde nuestros conceptos interaccionales. (Nosotros “derivaremos” la distinción entre "exterior" e "interior" a VIIB. Muchos tipos bastante diferentes de espacio pueden ser generados desde el proceso (tanto conceptualmente como experiencialmente), como veremos. Así que permítanos admitir estos dos “en” direccionales mientras tanto.

Lo que significa "dentro de" y "en", no es ninguna pregunta simple. El simple "en" de una cubierta de piel asume una posición meramente espacial en la cual una línea o plano divide en un "afuera" y un "adentro". Pero la presión de la tierra es ejercida no solo en la suela del pie sino a todo lo largo de la pierna y el cuerpo. A partir de cualquier hueso de algún animal los paleontólogos pueden conocer no sólo el resto del cuerpo sino también el tipo de ambiente y el terreno en que el animal vivió. En el respirar, el oxígeno entra en el torrente sanguíneo-ambiente y entra a todas las células. El cuerpo está en el ambiente, pero el ambiente también está en el cuerpo, y es el cuerpo. Podemos decir que el Am#3 participa en el Am#2, o podemos decir que el proceso cuerpo-Am#2 ocurre en el Am#3.

El Am#0 es un cuarto tipo. Algo puede algún día afectar al proceso de vida y ser el Am#2, pero no está ahora. Esto nunca ha pasado, y ahora no es el ambiente de alguna criatura, tampoco el ambiente del espectador. En la riqueza aparentemente infinita del nonato algo puede ocurrir que no haya ocurrido aún, y será entonces definible por lo que se refiere al proceso en que participa. Déjennos permitirnos a nosotros mismos hablar de esto ahora. Nosotros no queremos decirlo burdamente. Puesto que este no tiene ninguna realidad como el Am#2, y ya que el Am#3 es el resultado del Am#2, necesitamos un término para el "ambiente" que nunca ha estado funcionando en un proceso de vida.

El Am#0 no es lo que funciona sino lo que no se ha reconocido. Los vastos alcances del universo están envueltos en nuestro proceso; todos ellos ya son parte del Am#2. El Am#0 es aquello con lo cual algunos Am#2 podrían llegar a existir, pero que no tienen. (Nosotros no necesitamos asumir que aquello se volverá ambiente). Si algo nuevo entra en el Am#2, es determinado tanto por el proceso de vida como por el Am#0.

Pero ¿es el Am#0 espacialmente distinto de lo que ya es el ambiente? ¿O puede estar justo aquí en lo que está participando? Obviamente nosotros debemos escoger lo segundo, si lo escogemos del todo, porque la relación espacial permanece aún indefinida.

En estas definiciones, el proceso está primero. Nosotros no asumimos el "cuerpo" y el "ambiente" y luego los ponemos juntos. Después nosotros desarrollaremos términos para hablar de "el cuerpo." Ahora es el cuerpo-Am#2.

Con los últimos términos seremos capaces de decir qué parte del Am#3 es el cuerpo.

La estructura del cuerpo siempre está envuelta en algunos procesos, si no, se desintegra. Es una estructura del proceso, para el proceso subsiguiente, y sólo para eso.

El cuerpo, el Am#2 y el Am#3 se implican mutuamente porque cada uno es parte de una organización que incluye al otro. Cada función ocurre sólo en esta organización funcionante más amplia. Este uso de "implicar" proviene del hecho que el evento entero ya está referido, cuando nosotros sólo pensamos en el cuerpo, o sólo en el ambiente.

lunes, 12 de febrero de 2007

Experienciando al Espìritu Desde el Cuerpo.

EXPERIENCIANDO AL ESPÍRITU DESDE ELCUERPO

Por Juan Prado Flores.

Médico pediatra neonatólogo. Ex coordinador del servicio de Cuidados Intermedios Neonatales, Hospital Luis Castelazo Ayala, IMSS. Miembro de The Institute for BioSpiritual Research. jubpra@yahoo.com (México).

“¡Oh insensatos gálatas!... Comenzando por el
espíritu ¿termináis ahora en la carne?”
Ga 3: 1-3


Esta impactante declaración que tan claramente expresa la condición de los apenas convertidos Gálatas a la fe cristiana hace unos 1950 años, no nos viene menos bien a nosotros que vivimos, no en el espíritu, sino casi 24 horas diarias en la ‘carne’.

En efecto, recuerdo que hace años yo quise ponerle un séptimo paso al Enfoque Bio-Espiritual (EB-E) -que tiene solo seis. ‘...Como que aquí hace falta algo’; hay que aterrizar el Enfoque en la acción, en obras dignas de conversión; ¿a dónde me dice el Espíritu que vaya?’, y varias cosas más, pensaba. Pero lo que nos compartió mi madre con relación a cuál y cómo fue el proceso que le permitió, -a partir de atender lo que sentía, y mediante pasos sucesivos- ir acercándose a papá física y afectivamente hasta llegar a una relación con él verdaderamente admirable, me dio la clave del asunto. Por supuesto que de no conocer el EB-E, yo jamás hubiera desentrañado los pasos que en ella se llevaron a cabo y cuyos efectos siguen actualizándose entre ellos (mis padres) día a día y dando vida a su alrededor.

Pero, ¿qué es exactamente estar ‘en la carne’? En realidad no es muy difícil aclararlo: nuestra mente necesita entrar en acción ideando, analizando, infiriendo, deduciendo, planeando, proyectando, ejecutando, solucionando, en una palabra tomando el CONTROL de cuanto tiene a su alcance. Con cuanta frecuencia mi mente se mete donde no la llamo; ella, ciegamente, quiere hacerse cargo de todo; no le importa si el asunto es o no de su incumbencia, pues ni siquiera sabe -estoy absolutamente convencido- si existe algo que está fuera de su competencia; ella no distingue cuando se trata de asuntos de sobrevivencia para lo que, ciertamente la mente es nuestro mejor recurso, y cuándo las cosas corresponden al espíritu y deben seguir en él. Al parecer, por su propia naturaleza, la mente intenta ‘ponerse en el asiento del conductor’ siempre.

La crítica de san Pablo a la mente no ordenada al Espíritu es tan contundente, masiva y demoledora que puede resultarnos absolutamente incomprensible, una irreverencia, una exageración, un disparate contra la razón todopoderosa.

Escuchemos a Pablo:
(Nota del autor: Las palabras destacadas con negrillas y kursivas hacen alusión a la mente, y las que están solamente con negrilla ponene énfasis en los adjetivos que a ella aluden).

Rm 1: 21,22: “Se OFUSCARON* en sus razonamientos* y su INSENSATO corazón se ENTENEBRECIÓ... jactándose de sabios se volvieron ESTÚPIDOS.”

Rm 1:28: “...y como no tuvieron a bien guardar el verdadero conocimiento de Dios, entrególos Dios a su mente RÉPROBA.”

1ª. Cor 2:14: “El hombre naturalmente no capta las cosas del Espíritu de Dios; son NECEDAD para él”.

Ef 4:18: “...que no viváis ya como viven los gentiles, según la VACIEDAD de su mente, sumergido su pensamiento en las TINIEBLAS y excluidos de la vida de Dios, por la IGNORANCIA que hay en ellos por la dureza de su cabeza”.

1ª. Tim 6:5: “...discusiones sin fin propias de gentes que tienen la inteligencia CORROMPIDA”.

Expresando exactamente lo mismo con un lenguaje arcaico, provocativo y sexista, en el Libro de Job, joya de la sabiduría de todos los tiempos, el Autor construye un diálogo entre el personaje central y su propia mente, la que es incapaz de entender a Dios desde la adversidad, el dolor, el abandono, la enfermedad y la muerte. Él expresa esta realidad mediante un altercado mujer (= mente) / marido (= Job): “Entonces su mujer (su mente) le dijo: ‘¿Todavía perseveras en tu entereza? ¡Maldice a Dios y muérete!’ Pero él le dijo (a su mente): ‘Hablas como una ESTÚPIDA cualquiera. Si aceptamos de Dios el bien, ¿no aceptaremos el mal?’ ”[1]

Es por ello que en la experiencia de Pablo, la vida en el Espíritu implica:

“La renovación de la mente”: Rm 12:2.
“...Renovar el espíritu de vuestra mente”: Ef 4:23.
“...tener la mente de Cristo: 1ª. Cor 2:16.

San Pablo había aprendido a discernir entre la experienciación de la vida del Espíritu en el cuerpo y el imperio del control y el dominio de la mente sobre el ser humano.

Metánoia, traducida como conversión, etimológica y literalmente no es sino: meta = más allá, o mejor aún (S. Carrillo Alday.) después de..., y nus = mente, ¡después de la mente! Es obvio pues que una mente no dejada atrás le estorba al Espíritu, lo cual no podemos corroborar sino desde el espíritu, pues desde la orbita mental la vida en el Espíritu nos parece burda ignorancia: “necedad”.

Es claro entonces que depender y someternos a una mente insensata, estúpida, réproba, vacía, entenebrecida, ignorante, corrompida, es vivir en la carne, y esto es nuestra oposición a la vida en el Espíritu, a la vida del Espíritu EN nosotros.

Sin darnos cuenta de ello, a veces queremos ayudarle a Dios ¡a Dios!, Enmendarle la plana, llegar por NUESTROS MEDIOS mentales (analizando, planeando, instrumentando) a lo concreto de la acción, dominados por la urgencia (mental) de construir el Reino, imponiendo nuestra agenda (praxis), pensando que como estamos en gracia porque nos confesamos, vamos a misa, oramos, comulgamos, discernimos los signos de los tiempos, etcétera, todo lo que pensamos, decimos, hacemos, especulamos, ¡es según el Espíritu!

Es mucho más fácil de lo que nos imaginamos, autoengañándonos, desconectarnos del Espíritu, creyendo ingenuamente estar y permanecer en Él. Esto puede ser algo tan imperceptible que muchos no nos damos cuenta de ello, como tampoco solemos captar cuando alguien se deja guiar por el Espíritu. Y si hay duda preguntémoselo a los ‘buenos’ de ayer y de hoy que, crasa equivocación, se encargaron de llevar a la muerte a Jesús de Nazareth y a muchos más que, a lo largo de la historia, se han dejado conducir por el Espíritu.

En el libro ‘Cómo Escuchar al Espíritu. Un Método de Discernimiento’, su autor muestra, convencido y basándose en el ejemplo de algunos de los grandes personajes de la Biblia, cómo escuchar al Espíritu. El 1er. punto propuesto es: Escuchar lo que realmente sientes, lo cual, cuando se hace bien, es correcto, pues hoy sabemos, no sólo por la fe sino por la ciencia también, que nuestros SENTIMIENTOS son el sofisticado lenguaje del cuerpo experienciado como lo experienciaba san Pablo: de una manera sentida, como parte de un Cuerpo más Grande (recordemos que Ignacio de Loyola fundamentó su espiritualidad en el sentir). Sí, experimentar fisiológicamente (lo cual incluye escuchar) lo que realmente sientes, es abrirte a lo que el Espíritu te dice desde su propio santuario que es tu cuerpo (1ª Cor 3:16). Ahora sabemos que todo y lo único que tenemos que hacer es permanecer con lo que estamos sintiendo, sin oponernos a que desde allí, se nos regale el proceso de integración-santidad en el cuerpo (NO EN LA MENTE), partiendo de lo que es real y estamos sintiendo.

El 2º punto del citado método es: COMPRENDER hasta dónde te llevan tus sentimientos. Aquí empieza el problema. Hasta ahora, son muy pocos los que han descubierto la sabiduría que nos regalan nuestros sentimientos cuando los acompañamos hasta que se forma la ‘sensación-sentida’ de la TOTALIDAD del problema o asunto con el que están tratando de ponernos en contacto (nuestros sentimientos), permitiéndoles decirnos “lo que nos tienen que decir” para así, y solo así, poder asumir e integrar plenamente la historia que está debajo de ellos. Una comprensión intelectual de nuestros sentimientos, un “discernimiento” mental acerca de a dónde ellos nos llevan no tiene ningún sentido a la luz del descubrimiento de que el potencial del desarrollo humano, no está en un nivel cognoscitivo proveniente del análisis o del conocimiento intelectual, como lo demostró el Dr. Gendlin precursor del Enfoque (Focusing); lo mismo parece decir san Pablo cuando afirma “Realmente mi proceder ni yo mismo lo entiendo... Pues no hago el bien que quiero...”: Rm 7:15-19. Para él tampoco tenía sentido analizar, comprender (intelectualmente) sus sentimientos ni menos pretender comprender ‘a dónde ellos lo llevaban’. Él anhelaba, quería hacer el bien, pero el saber que lo quería hacer no le ayudaba en absoluto a hacerlo. Tampoco le interesaba a Pablo tratar de comprender su proceder en sí mismo, pues terminaba haciendo lo que no quería, cuantas veces se había dejado guiar por su mente ‘réproba’.

Pretender pues comprender intelectualmente nuestros sentimientos ‘no sirve para nada y es pérdida de tiempo’; es un callejón sin salida, nos dice E. T. Gendlin y lo recalcan Mcmahon/Campbell, partiendo de los resultados de una firme y seria investigación científica, incorporada a una revolucionaria perspectiva psicológico-filosófica confirmada por la experiencia en fe de cualquiera que practica el Enfoque Bio-Espiritual. Equivale a querer discernir las cosas del Espíritu con ese pensamiento ‘entenebrecido’, podría decirnos Pablo hoy.

El punto 3º del método es Actuar con rectitud: La pregunta es ¿Cómo actuar con rectitud? ¿Conducidos por esa mente réproba, vacía, insensata, entenebrecida? ¿Atendiendo los ‘sabios consejos’ de alguien fuera de mí? ¿Siguiendo el ejemplo de los grandes personajes de la Biblia? Hasta donde yo sé, no ha existido nadie ni hay ningún libro, en ninguna biblioteca del mundo –ni en la Webb- que me diga como tengo que proceder; y hasta donde puedo entender, la única manera de saber si obré bien o mal va a ser ‘por los frutos’. Pretender pues, actuar con rectitud siendo guiado por esa mente no ordenada al Espíritu es camino seguro al desastre. El problema de aquellos gálatas, de 20 siglos de cristianismo (con algunas admirables excepciones), de nosotros y de la humanidad entera, bien lo podemos expresar así: Habiendo comenzado con el espíritu (el reino de Dios ya está en todo ser humano) ¿terminamos ahora en la carne?

El paso 4º de la obra mencionada es Discernir por dónde te quiere llevar el Espíritu de Dios. Este tipo de discernimiento es también otro movimiento mental y no el dejarnos ir en el proceso corporal de Gracia (que ES en sí El Espíritu, y la pregunta vuelve a ser la misma: ¿Cómo discernirlo? Es obvio que a menos que se nos explique ese cómo hacerlo, estamos en otro callejón sin salida. Pero ¿para qué pretender discernirlo si sabemos por revelación y por experiencia que “El viento (Espíritu) sopla donde quiere, y oyes su voz, pero no sabes de dónde viene ni a dónde va”, y que “Así es todo el que nace del Espíritu”? (Jn 3:8) ¿Quienes creemos que somos para discernir por dónde el Espíritu nos quiere llevar? La experiencia de y en fe es aprender a confiar en Él y dejarlo hacer el trabajo que tiene que hacer en nosotros y que no es sino que cada uno sea quien ES. La mente se ha abrogado a sí misma la atribución de ser la herramienta apropiada para manejar el asunto, cuando, en realidad, para ella la vida en el Espíritu es ¡necedad!

El 5º punto de este método de discernimiento es: Actuar junto con el Espíritu, y la pregunta es: ¿Poniendo nuestro ‘granito de arena’?, ¿‘ayudándole’? (¡...!). Lo que entonces suele estar pasando es que suplantamos al Espíritu y luego le ponemos agua bendita a lo que hacemos para legitimar nuestro ‘insensato proceder’.

Mi madre no hizo en absoluto nada de esto; ella solo atendió sus sentimientos. No tuvo que discernir hasta dónde sus sentimientos la llevaban, ni comprenderlos, ni ver si estaba actuando con rectitud, ni discernir por dónde la quería llevar el Espíritu, ni actuar junto con Él, ni seguir el ejemplo de nadie. Ella simplemente PERMANECIÓ validando, acompañando, honrando, sosteniendo, su sentimiento de inquietud y de ‘no sentirme bien’ en su misa diaria, dejando en casa a su marido. Al paso de cierto tiempo de estar con esto, en vez de irse a misa, empezó a ponerse enfrente de él, a dos, tres metros de distancia, desde donde y cuando él la llamaba con insistencia ella le contestaba: “Aquí estoy Dimitas...” Escuchando por un tiempo más lo que surgía en ella mientras estaba a esa distancia (física y afectiva) respondiéndole aquí estoy..., descubrió, nos dijo, que ‘no me sentía bien’ y volvió a estar con, en, este nuevo sentimiento. Lo que resultó fue que terminó “siendo conducida” ¡junto a su marido!; entonces empezó a estar CON él, a realmente escucharlo. A preguntarle cómo se sentía, a acompañarlo y a compartirse sus recuerdos; a leerle algo, a escuchar juntos un cassette de interés para él, llegando a estar tan unidos como las células que forman un Cuerpo Más Grande. En otras palabras, al escucharse a sí misma, permitió, mediante ese proceso interior, abrirse a la condición de su marido y ser vulnerable a esa realidad. Ella había pasado desde sólo ‘VER’ a su esposo, a estar con/EN él. Y al estar así -nos dijo-, ‘me sentí bien’. Fue el sentir y asumir lo que en ella era real (su sentimiento de no sentirse bien primero en misa y después a tres metros de distancia de papá) lo que la mantuvo en el ESPACIO DE GRACIA que le permitió dar estos admirables pasos de congruencia-integración-desarrollo-plenitud-santidad (que todo esto es exactamente, lo mismo.)

“La Gracia no viene de afuera”, no es información o comprensión intelectual; no la recibimos mediante el discernimiento mental ni la podemos controlar a nuestro antojo; la Gracia es “PROCESO DE SANTIDAD en el cuerpo”. Jesús al parecer, habló de esto cuando dijo a los que se querían anotar como sus discípulos “... el Hijo del hombre no tiene dónde reclinar la cabeza”. Él no se refería sólo a lo físico; hay millones de personas en el mundo que no tienen ni lo poco que Jesús tenía y no por eso son sus discípulos. Él más bien decía que el que quiera seguirlo no debe basar en cálculos su decisión de hacerlo, ni menos fundamentar el discipulado en un andamiaje mental de éste o de cualquier otro tipo. La vida en el Espíritu implica que no necesitas nada seguro en qué apoyarte; tu experiencia de Dios en fe, te lleva a entrar y a estar y a permanecer confiadamente en el Proceso que ES Dios mismo.

Cuenta Gandhi que un día él supo que de allí en adelante iba a ser ‘conducido’ (por el Espíritu). El que se deja guiar por el Espíritu no fundamenta su existencia en un nivel mental, ‘…porque el que quiera salvar su vida la perderá...’, por más que alguien diga que ‘la mente del hombre es para él como una segunda Providencia’, recordándonos más el pensamiento de Aristóteles que la experiencia de Pablo en el Espíritu por la fe, y por supuesto, lejos de las palabras y el testimonio del Joven a cuya “cabeza” no necesitaba darle apoyo de ninguna especie, ni menos aun, él ‘apoyarse’ en ella. Su vida, su obra, su herencia (y la de sus seguidores conocidos o ‘anónimos’), están más allá de cálculos y discernimientos mentales.

Hoy sabemos que un discernimiento sano no parte sino de la sabiduría contenida debajo de nuestros sentimientos; pero si la suplantamos por la directriz que surge de un todopoderoso y controlador racionalismo excluyente del Espíritu ya no estamos en éste. En el episodio bíblico en el que Pedro es enviado a Cesarea, a casa de Cornelio donde el Espíritu obra la conversión dentro de los allí presentes, aquél lo comenta así ante la primera comunidad cristiana de Jerusalén: “El Espíritu me dijo que fuera con ellos sin dudar”. Pedro había estado en oración, esto es, en contacto con Dios mediante lo que realmente sentía. Entonces vino, a través de una serie de imágenes, una propuesta que por incomprensible, rechazó: comer ‘animales impuros’. Entonces llegan los hombres de Cornelio por él y el Espíritu en su cuerpo le dice “Baja al momento y vete con ellos sin vacilar pues yo los he enviado”. Para atender esta propuesta, Pedro no tuvo que llevar a cabo ninguno de los puntos del discernimiento antes comentados, salvo el primero, que llevado a cabo hasta sus últimas consecuencias, resultó ser un admirable acto de fe (como el de mamá) que lo condujo desde una instancia corporal, sentida, a la experiencia de la universalidad y de la liberalidad absoluta del Espíritu (soplando donde quiere).

Tampoco encuentro ese discernimiento mental en aquél pasaje de Francisco de Asís cuando le dice a uno de sus hermanos de la ermita: ‘Vamos al pueblo a predicar’. Llegaron, la gente los escuchó hablar entre ellos, se contagió de su alegría, vio que en su pobreza estaban llenos de Dios y les regaló algo de comida que Francisco retribuyó con muestras de profunda gratitud y bendiciones. Luego dijo a su hermano: ‘Ya es hora de regresar’. De camino el hermano le recriminó ¿No que íbamos a predicar? Francisco le respondió: ‘SÍ predicamos; lo hicimos al platicar entre nosotros, al estar con la gente, al hablar con ella, al recibir estos trozos de pan, sin tener que hablar de Dios ni una sola palabra...’ Él PERMANECÍA en el Espíritu, lo cual percibía claramente la gente. Era el Espíritu prolongándose en/con Francisco quienes hacían la conversión.

Exactamente el mismo proceso se dio en mamá al irse acercando a su marido anciano, enfermo, deprimido, exigente, demandante de atención y dependiente de ella ‘28’ horas diarias. Ella no necesitó más que validar y sostener, lo que verdaderamente SENTÍA. Lo demás fue obra del Espíritu. Estando en Él, le fue dado el movimiento que expresa una ‘profunda comprensión’ y una ‘profunda aceptación’ (C. R. Rogers) de su esposo, (lo que no es sino el cumplimiento de la palabra del Profeta: Misericordia quiero...) y que ha incluido en ella, además, la maravillosa capacidad de poner sanos límites en su relación. Esto es la vida del Espíritu en el cuerpo (impresa como Ley en el corazón) que en el Nuevo Testamento recibe el nombre de amor ÁGAPE. Es experimentar físicamente la Gracia (McMahon-Campbell.) y dejarse guiar por ella. Y por cierto, mamá no está agotada (creo que tiene más energía, más alegría y más buen humor que nunca), sino que más bien crece en ella la esperanza de llegar dentro de dos, a celebrar sus 65 años de casados. Y con ello también papá, a sus 85, está cambiando de ánimo y hasta de humor. ¡Hay que verlos para creerlo!

Resumiendo: El discernimiento cristiano no es para darnos seguridad en el conocimiento, el proyecto o la acción, pues hagamos lo que hagamos, cuando es en el Espíritu será un acto hecho “con temor y temblor”. En la vida en el Espíritu la comprensión intelectual es un producto derivado, adicional; es sólo parte de la ‘añadidura’ y en el mejor de los casos un “conocimiento que va más allá de todo conocimiento” como diría san Pablo; un: ‘no entender entendiendo’ y un ‘entender no entendiendo’ como diría san Juan de la Cruz. La experiencia en el Espíritu no admite mezclas promiscuas mente-espíritu sino la ordenación de aquella a éste, como tampoco la profanación por nuestra mente corrompida del ‘santuario’ del Espíritu que es nuestro cuerpo. El centro, el origen y el fundamento del discernimiento y la acción del creyente es la EXPERIENCIA misma de la vida EN el Espíritu: “...Pues no me atreveré a hablar de cosa alguna que Cristo no haya REALIZADO por medio de mí... en virtud del Espíritu de Dios...” nos ha revelado Pablo (ver Rm 15:18-19). NADA puede sustituir esta experiencia; el ‘saber’ qué cosas hacer y el poder para hacerlas SON la vida en el Espíritu; el papel del discernimiento cristiano es infinitamente más modesto que lo que nos exige una mente ávida de evidencia, seguridad, claridad, control, dominio y eficacia, pero de una trascendencia capital: Es solo para darnos cuenta que estando y permaneciendo en lo real de nuestros sentimientos, estamos abriéndonos al Espíritu. De Él proceden “las buenas obras que de antemano dispuso Dios que practicáramos” Ef. 2:10. “...pues es Dios quien obra en nosotros el querer y el obrar, como bien Le parece”: Flp 2:13. Lo más importante y menos comprensible para una mente vacía son aquellas palabras trasparentes como el agua: “...no hago el bien que quiero...”; es que sólo experienciando esta realidad es posible, desde ella abrirse a la vida del Espíritu en el cuerpo, pues: “cuando soy débil, es entonces (y sólo entonces) que soy fuerte”.

Entendido mediante el lenguaje de la Bio-espiritualidad el dicho de Jesús relativo a que se perdonará el pecado contra el Hijo, pero no el pecado contra el Espíritu, lo podría parafrasear así: se les perdonará estar en su mente pervertida, pero lo que no se les perdonará será que no escuchen, atiendan, reciban, al Espíritu en su santuario, su templo, su morada, que es su propio cuerpo físicamente sentido.

Y para los que no tenemos este proceso disponible en nuestro cuerpo de una manera natural o intuitiva, ahora todos lo podemos aprender por medio del Enfoque Bio-Espiritual. Si lo hacemos regular y adecuadamente nos estaremos abriendo al ‘espacio de gracia’ desde el que podemos SENTIR a Dios.

Posdata: Al darle a mamá este escrito, una hermana le preguntó cómo le había hecho para atender sus sentimientos de malestar en misa y luego en casa acerca de su relación con papá. Ella respondió: “sólo hice lo que Juan dice que hay que hacer con los sentimientos.” Así que ahora puedo decir que tengo en ella una destacada alumna de Enfoque Bio-Espiritual.


Todas las citas bíblicas fueron tomadas de la Biblia de Jerusalén. Desclée de Brouwer. 1967.

Ameche Guillermo SJ: Cómo escuchar al Espíritu. CRT. México. 1998.

Campbell PA, McMahon EM. Evasión de proceso: Cuadernos de Enfoque Bio-Espiritual.

McMahon EM., Más allá del Mito del Dominio. Alternativa para una Sociedad Violenta. México. 1999.

Gendlin E. T.: Focusing. Proceso y Técnica del Enfoque Corporal. 2ª. Edición. Editorial Mensajero. 1983.


[1] Libro de Job, 2:9-10.

domingo, 4 de febrero de 2007

La Empatía con Jóvenes en Riesgo Social.


LA EMPATÍA CON JÓVENES EN RIESGO SOCIAL.
Orientación técnica para los educadores de trato directo.

Luis Robles Campos, Psicólogo.




  • Escrito realizado en el marco del trabajo terapéutico ejecutado por “La Yareta”, programa especializado en atención a jóvenes en vulnerabilidad social con consumo abusivo de drogas.
    Arica – Chile. Octubre, 2005.



    EL ROL TERAPÉUTICO DEL EDUCADOR DE TRATO DIRECTO.
    El rol del Educador de Trato Directo constituye uno de los engranajes principales en la intervención de los centros de atención a menores en riesgo social, ya que las personas que desempeñan este cargo son las que pasan mayor tiempo con los niños y jóvenes que participan en este tipo de programas y, por lo tanto, pueden lograr un profundo vínculo con ellos. Por este motivo, se entiende que su función no se limita sólo a fines educativos sino que también se extiende a la generación de un clima terapéutico propicio para favorecer el proceso de cambio en los jóvenes.

    La generación de un adecuado clima terapéutico se sustenta sobre la base del respeto y la aceptación de las experiencias que comunican los jóvenes y se operacionaliza a través de las respuestas interaccionales y verbales concretas que ofrece el Educador de Trato Directo a cada joven y al grupo en general. El tipo de respuesta interactiva-verbal que favorece la configuración de un espacio terapéutico se conoce como Escucha Empática, la cual se define, explica y ejemplifica a continuación.


    ESCUCHA EMPÁTICA
    La escucha empática es una las herramientas fundamentales para favorecer el cambio terapéutico y se entiende como la capacidad de ponerse en lugar del otro o de amplificar lo que la otra persona está expresando o sintiendo, de manera que ésta perciba que se le está comprendiendo de manera adecuada. Su objetivo general apunta a crear un espacio protegido y contenedor, en donde la persona escuchada se sienta progresivamente motivada a sentir, reconocer y expresar más aspectos de su mundo interior o de su emocionar.

    Para entender mejor como operacionalizar o practicar la escucha empática a fin de contribuir a los objetivos de los centros de atención a jóvenes en riesgo social, es necesario comprender que este tipo de escucha consta de tres objetivos específicos:

    1. Ofrecer a los jóvenes un espacio de relación libre de juicios.
    2. Apoyar a los jóvenes a estar en contacto con su propia emocionalidad.
    3. Favorecer una relación positiva entre el o la joven y sus propios sentimientos.

    A continuación se explican y se ejemplifican estos tres objetivos específicos.


    OBJETIVOS ESPECÍFICOS DE LA ESCUCHA EMPÁTICA:
    1. Escuchamos para ofrecer un espacio de relación no valorativo o libre de juicios:

    Uno de los requisitos básicos para configurar un clima terapéutico propicio para favorecer el proceso de cambio de niños y jóvenes en riesgo social, es que el equipo de trato directo (educadoras y psicólogo) puedan ofrecer una relación contenedora y protectora hacia las experiencias, emociones o sentimientos que los jóvenes expresan en los distintos espacios de interacción (encuentros grupal, talleres terapéuticos, conversaciones personales, hora de almuerzo, etc.). Es necesario destacar que esta relación protectora debe construirse sobre dos valores humanos esenciales: la aceptación y el respeto, o dicho de un modo más sencillo, tal relación debe estar libre de juicios hacia la experiencia que los jóvenes comunican.

    Una relación que contenga valoraciones o juicios hacia la experiencia del joven limita o reduce las posibilidades que éste esté más dispuesto a explorar, reconocer y expresar sus emociones y sentimientos; lo cual constituiría la perdida de una de las piezas fundamentales de trabajo en su proceso de cambio o de desarrollo personal.

    Algunos ejemplos de relación donde la experiencia de los jóvenes no es aceptada y respetada debido a la presencia de juicios o valoraciones son los siguientes:

    * No acoger sentimientos que culturalmente son calificados como negativos: aburrimiento, desmotivación, frustración, rabia, pena, etc.
    * Presionar a los jóvenes a participar verbalmente en actividades grupales.
    * Desestimar, ignorar, contradecir, subestimar o bajarle el perfil a las emociones o sentimientos que los jóvenes comunican.

    ¿Cómo podemos crear un espacio no valorativo o libre de juicios al interactuar con los jóvenes con los cuales trabajamos o vamos a trabajar en el futuro? Básicamente, a través de la respuestas verbales que devolvemos a la expresión de sentimientos que éstos hacen. Es importante que ellos perciban a través de estas respuestas de escucha que están siendo comprendidos, respetados y acompañados en su proceso de desarrollo personal. Por ejemplo:

    · Si el joven se muestra desconfiado, tímido o reacio a compartir sus experiencias y sentimientos, podemos intervenir de las siguientes formas:
    § “Me doy cuenta que te es difícil contarnos como te sientes, tal vez quieras ir de a poco”.
    § “Quizás nos puedas decir en una palabra o en una imagen como te estás sintiendo”.
    § “Quizás no estás acostumbrado a hablar de ti, pero quiero que sepas que aquí puedes hacerlo y nosotros te vamos a escuchar con respeto”.
    § “Tal vez nos quieras contar que te hace sentir incómodo aquí”.

    · Si el joven no desea participar verbalmente en actividades grupales será más conveniente responder de las siguientes formas:
    § “Entendemos que ahora no te sientes preparado para participar”.
    § “Vamos a respetar tu decisión de no hablar está vez”.
    § “Confiamos en que quizás más rato o la próxima vez puedas compartir con nosotros lo que sientes o lo que opinas”.
    § “Cuando te sientas preparado/a para hablar, yo voy a estar lista para escucharte”.
    § “Si quieres te podemos acompañar un momento en silencio”.

    · Si el joven expresa emociones que culturalmente se califican como negativas, es necesario hacerle sentir que se comprende, se acepta, y se acoge aquello que está sintiendo.
    § Joven: Estoy triste pero no quiero hablar mucho.
    Educadora: Sientes algo triste que te quita las ganas de hablar. Te acompaño mientras estás en silencio…

    § Joven: ¡Tengo rabia, me dan ganas de mandar todo a la cresta!
    Educadora: Sientes rabia, ya no quieres saber más de todo eso…

    § Joven: Me da pena y rabia pensar en eso…
    Educadora: Pensar en eso te hace sentir rabia y pena.

    § Joven: Me dan ganas de llorar…pero no puedo.
    Educadora: Necesitas llorar pero algo te lo impide…


    2. Escuchamos para apoyar a los jóvenes a estar en contacto con su propia emocionalidad.
    Cuando participamos en una intervención que busca brindar apoyo y orientación a jóvenes en riesgo social, no basta con sólo hablar o reflexionar acerca de sus problemáticas puntuales, también es necesario crear un espacio donde los jóvenes se hagan concientes de sus propias emociones y sentimientos, ya que éstos serán una de las piezas esenciales de trabajo en su proceso de cambio.

    Es fundamental que los jóvenes tengan conciencia de sus propios sentimientos, y que a través de éstos puedan comprender cuales son las debilidades y fortalezas con las que están enfrentando su cotidianidad, sus relaciones interpersonales, sus dificultades, su proceso de desarrollo personal, etc.

    Tomando en consideración lo anterior, entenderemos que será de vital importancia chequear regularmente cual es el estado anímico o emocional del joven, para poder acompañarlo adecuadamente en su proceso, pero principalmente para que él tome conciencia de cómo se está sintiendo y cómo influye esto en su forma de percibir, pensar, emocionar y de actuar su vida y su mundo.

    · “Te veo de mal humor, como si hubiese algo que te molesta”. – “Sí, estoy preocupado de… y molesto por…”.
    · “Pon atención a como te sientes, para que puedas ver que es lo que te tiene mal”.
    · “Pareces distante hoy, estás callada… ¿crees que te serviría hablar un poco?”.
    · “Presta atención a como te sientes, ¿Crees que este consejo que te he dado te pueda ayudar en algo?”

    Entendiendo la importancia que los jóvenes tengan conciencia de sus propios sentimientos, cada intervención que se realice en el contexto de una actividad grupal o de forma individual deberá apuntar a que éstos pongan atención a cómo reciben o sienten lo que se les dice. Por ejemplo:

    · Si los compañeros de grupo confrontan a un participante es necesario consultarle a este como le llega esa confrontación:
    § “¿Cómo te sientes con esto que te dicen tus compañeros?”
    § “¿Sientes que cambió algo con lo que acaban de decirte?”
    § “Tomate un momento para sentir como te llega lo que te dicen, no te apresures a contestar”

    · Si el educador de trato directo brinda una orientación, opinión, sugerencia o consejo a un joven, debe chequear como este recibe tal proposición:

    § “¿Sientes que esto que te digo te pueda ayudar de alguna forma?”
    § “¿Cómo te sientes considerando esta sugerencia?
    § “¿Crees que te será difícil poner en práctica este consejo?”
    § “¿Crees que puedas sentir todo esto que te digo para ver si te acomoda?”

    · Si el joven está hablando de sí mismo, contando como se siente, haciendo una reflexión, o expresando cualquier cosa respecto de su proceso, será necesario hacerle chequear sus propias palabras para que profundice el conocimiento de sus propios sentimientos.
    § “Cuando nos cuentas esto, ¿Cómo te sientes?”
    § “¿Te pasa solamente eso, que sientes rabia o hay algo más?”
    § “¿Cuándo nos dices esto, sientes que se mueve algo, sientes que algo cambia?”
    § “¿Te hace sentir mejor eso que acabas de decir?”
    § Me dices que ya estás mejor, pero tu cara sigue triste, hay algo que se haya quedado adentro.

    Es importante no perder de vista que sin importar cuales sean los temas que se desarrollen en las actividades de un programa de atención a menores en riesgo social (familia, conductas de riesgo, motivación, asuntos escolares, etc.), éstos deberán ser examinados en alguna medida desde una perspectiva emocional, utilizando las herramientas que se plantearon en este apartado, ya que examinar tales asuntos desde un punto de vista meramente anecdótico o cognitivo (o sea, con la pura “cabeza” y no con el “corazón”) reduce la posibilidad que los jóvenes interioricen el aprendizaje que se les ha propuesto.


    3. Escuchamos para favorecer una relación positiva entre el o la joven y sus propias emociones o sentimientos.
    Al crear un clima terapéutico destinado a que los jóvenes se sientan progresivamente motivados a sentir, reconocer y expresar más aspectos de su mundo interior, no sólo debemos ofrecer un espacio libre de juicios e incentivar la toma de conciencia respecto de los sentimientos. También es importante favorecer una relación positiva entre el o la joven y su propia emocionalidad.

    Favorecer una relación positiva entre la persona y su propio emocionar, implica que ésta perciba, por una parte, que ella no es víctima o no está a merced de sus emociones, (sobre todo cuando experimenta perturbación, angustia, ansiedad, frustración, aislamiento, etc.), sino que ella es dueña de tales sentimientos y que por lo tanto puede conocerlos, explorarlos y manejarlos. Por otra parte, implica también que la persona logre sentir que puede usar este conocimiento o sabiduría emocional para comprender más aspectos de ella misma y a partir de ahí guiar sus decisiones personales.

    Una forma sencilla de favorecer una relación positiva entre el joven y su propio emocionar, es hacer que éste se relacione con su sentir como si se tratara de un “alguien” que necesita ser acompañado, reconocido y escuchado con paciencia y cariño.

    Joven: “Eso me hace sentir pena”
    Educadora: “Te parece si le haces compañía a esa pena para ver si se siente mejor…. Hagamos un poco de silencio para que lo puedas hacer”

    Joven: “No se que es lo que me pasa”
    Educadora: “No tienes claro que te pasa, tal vez si prestas atención a tus sentimientos puedas saber qué es lo que ocurre”.

    Joven: “Siento mucha rabia, la siento aquí en el pecho”
    Educadora: “Ok, tratemos de hacerle compañía a esa rabia que sientes en el pecho, para ver que necesita”

    Cuando el joven experimenta angustia, ansiedad, frustración, aislamiento, rabia, tristeza o cualquier emoción que le resulta perturbadora o incomoda, podemos plantearle a éste la posibilidad que tal emoción es así de molesta por alguna buena razón; esto también favorece una positiva relación interna.

    · “Tal vez eso que sientes y te molesta está tratando de llamar tu atención porque necesita mostrarte algo importante”.
    · “¿Y si pudieras utilizar esa rabia para tu propio beneficio, si pudieras sacar algo bueno de ella?”
    · “Tal vez esa soledad que sientes nos pueda decir que es lo que hace falta en tu vida”.
    · “¿Puede ser que esa ansiedad sepa que es lo que te hace falta en este momento?... y si le prestas atención para ver que te dice”.


    REFLEXIONES
    · Es importante comprender que la configuración de un espacio terapéutico constituye un proceso que se debe trabajar diariamente.

    · Un aspecto fundamental de la configuración de un espacio terapéutico es que éste se construye más con una forma de “ser” que de “hacer”. Esto quiere decir que si no nos relacionamos con respeto, humildad, aceptación y paciencia, no importa cuantas técnicas apliquemos, ellas no darán resultados.